Bend, Oregón – Los microbios intestinales presentes en los lobos salvajes pueden ser la clave para aliviar el desgaste gastrointestinal común en los perros domésticos, según un estudio dirigido por investigadores de la Universidad Estatal de Oregón, Cascade. El estudio se publica en.
En un artículo publicado en Applied Microbiology, los autores informan sobre una nueva cepa de Paenibacillus con características probióticas, un organismo que aporta beneficios para la salud del huésped.
En este caso, la enfermedad inflamatoria intestinal en perros es una afección crónica caracterizada por vómitos, pérdida de apetito, pérdida de peso, flatulencias, eructos y molestias abdominales.
Actualmente no se conoce cura para esta anomalía gastrointestinal y las opciones de tratamiento son limitadas», afirma Seal. Las causas subyacentes de esta afección incluyen la genética del animal, factores ambientales, el estado inmunitario del tracto gastrointestinal y, quizá lo más importante, cambios en la microbiota intestinal».
Este estudio, fruto de la colaboración entre científicos de la Universidad Estatal de Oregón-Cascades y de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Estatal de Oregón-Carlson, es un paso importante hacia suplementos dietéticos y aditivos alimentarios que puedan dirigir la composición de la microbiota intestinal canina hacia la de los lobos con un antepasado común.
Los perros fueron los primeros animales domesticados. ‘Por ejemplo, los almidones de la comida procesada para perros son difíciles de digerir, lo que puede tener un impacto negativo en la microbiota del tracto digestivo del perro y, a su vez, en la fisiología del estómago’.
En este estudio, los lobos muertos resultaron heridos al ser atropellados por un coche y se recogió material gastrointestinal un día después de su muerte. Los científicos aislaron 20 bacterias intestinales que habían demostrado tener cualidades probióticas en análisis genéticos preliminares y secuenciaron el genoma completo de una nueva cepa del género Paenibacillus para este trabajo.
Esta bacteria codifica una enzima que digiere carbohidratos complejos como el almidón, afirma Seal. También posee un sistema genético que expresa agentes antimicrobianos.
Las bacterias no tóxicas que forman esporas promueven una respuesta inmunitaria antiinflamatoria en el intestino e inhiben el crecimiento de patógenos». Este aislado bacteriano podría ser un probiótico útil para el perro doméstico».
Seal añadió que los investigadores planean llevar a cabo la secuenciación del genoma completo de otras cuatro o cinco especies bacterianas de las 20 aisladas.
Seal y sus colegas de OSU-Cascades Pat Ball, Evan Forsythe y Kristina Smith trabajaron con su antigua colega Heather Broughton. El equipo incluía a las estudiantes de OSU-Cascades Jennifer McCabe, Jessica Bryant y C. Christophe Cruse, Mikayla Johnson, Ariel Atchley, Thomas Cousins, Annaliska Dominguez, Marie Gabriel, Katie Middleton y Natasha Boulez. Varios estudiantes contaron con el apoyo del Programa de Investigación, Becas y Artes de la OSU y del Programa de Becas OSU-Cascades Layman.
Mark Ackerman y Robert Bildfell contribuyeron a esta investigación mientras trabajaban en el Laboratorio de Diagnóstico Veterinario de Oregón, en la Facultad de Medicina Veterinaria Carlson de Corvallis. Bildfell está jubilado y Ackerman es ahora director del Centro Nacional de Enfermedades Animales del Servicio de Investigación Agrícola del USDA en Ames, Iowa.