Miami, EEUU. — Familiares de presos políticos cubanos han condenado el «encarcelamiento injusto» de sus seres queridos, detenidos «por defender los derechos y libertades del pueblo».
Estamos sufriendo por el encarcelamiento de mi esposo, pero estoy orgullosa de él. Es más humillante que te digan que tu marido es un mercenario y un asesino», declaró Brisaida Abad Igarsa, esposa del preso político Luis Frometa Komplet.
Además de denunciar el encarcelamiento de su marido, condenó la agresión del régimen ruso contra Ucrania y pidió a las madres cubanas que no permitan que la dictadura cubana convierta a sus hijos en mercenarios.
Lisandra Ferrer Calzada, madre de la presa política Liliana Oropeza, adoptó una postura similar, afirmando que su hija fue encarcelada por buscar la libertad.
La activista de derechos humanos Teresa Miranda Céspedes anunció que las madres cubanas se unirían a la campaña contra la incorporación de sus hijos a la guerra.
Me solidarizo con las madres cubanas que ven cómo se llevan a sus hijos, cómo sus hijos se unen a la guerra en Ucrania y sirven allí como mercenarios.
Idalmis Salazar González, madre del preso político Laurier Salazar González, dijo estar convencida de que la solución para el futuro de Cuba y de sus hijos era el fin de la dictadura.
Nuestros hijos no son mercenarios. Están presos por defender los derechos del pueblo cubano, que siguen siendo violados por la tiranía’.
Al igual que iniciativas como el Paro Nacional, la campaña «Nuestros hijos no son mercenarios» cuenta con el apoyo de la Asamblea General de la Resistencia Cubana. Esta organización del exilio ha expresado su apoyo a las familias de los presos políticos que no quieren que sus hijos, condenados a prisión política, sean utilizados como moneda de cambio por la libertad de Cuba.