El 10% de las personas infectadas por coronavirus presentan secuelas englobadas en el síndrome Long COVID. Se estima que al menos 65 millones de personas en todo el mundo están afectadas por el COVID Largo y el número de pacientes aumenta día a día.
Científicos de EE.UU. han propuesto una nueva explicación para los bajos niveles de serotonina en los pacientes de Long COVID.
Son de la Universidad de Pensilvania y lo han publicado en la revista Cell. Sugirieron que la disminución de la serotonina se debía a restos virales en el intestino. Consideraron que esta reducción de la serotonina podría explicar parte del deterioro de la memoria y los síntomas neurológicos y cognitivos que se desarrollan, sobre todo, a partir del síndrome COVID a largo plazo.
La serotonina es una sustancia que normalmente se encuentra en el tracto gastrointestinal, el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y las plaquetas. La serotonina funciona como neurotransmisor, es decir, una sustancia que los nervios utilizan para enviarse mensajes, y como vasoconstrictor, ya que contrae los vasos sanguíneos.
Este estudio arroja nueva luz sobre cómo la inflamación persistente tras la infección por el virus SARS-CoV-2 puede provocar síntomas neurológicos a largo plazo.
La mayoría de los pacientes se quejan de niebla cerebral, incapacidad para concentrarse en las tareas, deterioro de la memoria, fatiga generalizada y dolores de cabeza. Aún no se han desarrollado tratamientos eficaces para aliviar estos síntomas a largo plazo.
Todavía se desconocen muchos aspectos de la biología básica subyacente de la COVID prolongada. En consecuencia, carecemos de herramientas eficaces para diagnosticar y tratar la enfermedad», afirma el Dr. Maayan Levy, autor principal del estudio.
Nuestros hallazgos no sólo ayudan a dilucidar los mecanismos que contribuyen a la COVID prolongada, sino que también proporcionan biomarcadores que pueden ayudar a los médicos a diagnosticar a los pacientes y medir objetivamente su respuesta individual al tratamiento».
En un estudio realizado en colaboración entre el Departamento de Microbiología, Patología y Medicina de Laboratorio de la Universidad de Pensilvania y la Clínica de Evaluación y Recuperación Post-COVID del Departamento de Medicina Física y Rehabilitación, los investigadores evaluaron el impacto de la infección por coronavirus en muestras de sangre y heces procedentes de diversos estudios clínicos y modelos animales de pequeño tamaño.
Descubrieron que en un subgrupo de pacientes con COVID prolongada, los rastros del virus permanecían en las muestras de heces incluso meses después de la infección aguda. Esto sugiere que los componentes virales permanecen en el intestino del paciente mucho tiempo después de la infección.
El equipo descubrió que este virus residual, conocido como «reservorio viral», desencadena la liberación de interferón, una proteína antivirus, por parte del sistema inmunitario y provoca una inflamación que reduce la absorción del aminoácido triptófano en el tubo digestivo.
El triptófano es un componente de varios neurotransmisores, entre ellos la serotonina, que se produce principalmente en el tracto gastrointestinal y transmite mensajes entre las células nerviosas del cerebro y de todo el cuerpo. Desempeña un papel importante en la regulación de las funciones homeostáticas del organismo, como la memoria, el sueño, la digestión y la cicatrización de heridas. La serotonina también es un importante regulador del nervio vago. El nervio vago es un sistema neuronal que media la comunicación entre el cuerpo y el cerebro. Los investigadores descubrieron que la serotonina se agota cuando se reduce la captación de triptófano debido a una inflamación vírica persistente. Esta alteración provoca cambios en la señalización vagal, lo que puede dar lugar a varios síntomas asociados a la COVID prolongada, incluido el deterioro de la memoria.
Los médicos que tratan a pacientes con COVID prolongada han confiado en los autoinformes de los pacientes para determinar si sus síntomas han mejorado. Ahora, nuestro estudio demuestra que existen biomarcadores que pueden utilizarse para asignar a los pacientes a tratamientos o ensayos clínicos que aborden la causa específica de sus síntomas, lo que les permite evaluar su evolución de forma más eficaz», afirma Sarah Cherry, coinvestigadora.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden ayudar a los pacientes con COVID prolongado. Sin embargo, se necesitan estudios específicos para demostrarlo/ Nature Medicine/Icahn School of Medicine at Mount Sinai
Los autores llevaron esta idea un paso más allá. Demostraron que, en un modelo animal pequeño, la administración de precursores de serotonina o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) puede restaurar los niveles de serotonina y el deterioro de la memoria.
Según Benjamin Abramov, coinvestigador del estudio, «se ha sugerido que los ISRS son eficaces para prevenir la COVID prolongada y este estudio brinda la oportunidad de realizar en el futuro pruebas en pacientes seleccionados con depleción de serotonina y medir su respuesta al tratamiento».
Además, los resultados brindan la oportunidad de investigar otros procesos afectados por el triptófano. Aunque este estudio se centró en la serotonina, el triptófano es un componente de muchos otros metabolitos importantes, como la niacina, que ayuda al organismo a convertir los alimentos en energía, y la melatonina, una hormona que regula el ritmo circadiano y el sueño.
La COVID prolongada varía de un paciente a otro y aún no se conocen bien las causas de estas diferencias en los síntomas. Nuestro estudio brinda una oportunidad única de seguir investigando para determinar hasta qué punto los pacientes con COVID prolongada se ven afectados por vías que vinculan la persistencia vírica, la deficiencia de serotonina y la disfunción vagal, y para descubrir nuevas dianas terapéuticas para el tratamiento de los diversos síntomas que experimentan los pacientes». Se trata de una oportunidad única para
En diálogo con Infobae, Alejandro Videla, Jefe del Servicio de Respiratorio del Hospital Austral y ex Presidente de la Sociedad Argentina de Respiratorio, comentó. Estamos hablando de neurotransmisión en el tracto gastrointestinal». Los autores observaron cambios a nivel vagal. Sin embargo, se sabe que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina actúan sobre el sistema nervioso central.
Todavía no hay pruebas de que estos fármacos sean eficaces en el caso del covídico a largo plazo. Es posible que la fluvoxamina tenga algún efecto, pero tenemos que demostrarlo», afirma el Dr. Videla. Será interesante ver cómo se relacionan los resultados de este estudio con las pruebas que ya existen sobre el efecto de las vacunas en el Covid prolongado».