Octubre, el otoño nos regala una paleta de colores. La naturaleza es el mayor regalo que hemos recibido de Dios, y cada estación del año demuestra que Dios no creó el mundo de la misma manera, sin.
Octubre, el otoño nos regala una paleta de colores. La naturaleza es el mayor regalo que hemos recibido de Dios, y cada estación del año demuestra que Dios no creó el mundo de la misma manera, sino con variedad. Cada estación tiene su belleza particular.
Nosotros también debemos aprender de la naturaleza, y de Dios, que siempre hay variaciones para las cosas buenas y más bellas de nuestra vida. Si Dios, tú y yo queremos eso, hasta mañana’.