‘No hay peor analfabetismo que el que sabe leer pero no lee’.
Las actitudes en momentos clave lo dicen todo sobre el carácter de una persona que reacciona ante los acontecimientos que se van produciendo. Sin embargo, pretender mantener una actitud ambigua o neutral con las propias palabras y pensamientos en un intento de aprovechar un momento político no es más que cobardía, ya que es una actitud que busca evitar cualquier confrontación con las partes implicadas.
En este momento, esto se aplicaría perfectamente a la postura de los empresarios, emprendedores, inversores, como se les quiera llamar, ante la amenazante y siempre presente situación haitiana.
Es en este sentido en el que muchas personas se dejan engañar por el racismo, la xenofobia y el antihomicismo. Esto se debe a que, en realidad, el pueblo dominicano no posee estas cualidades en sus relaciones con sus vecinos occidentales.
Más bien, se puede decir que este pueblo es nacionalista tolerante, siempre manchado por el pueblo haitiano y que la verdad es que ni una sola vez hemos intentado invadir su país.
Más bien, podemos decir que incluso el pueblo haitiano es culpable de lo que siempre ha sido: un Estado fallido. Esto se debe, más que a su propia idiosincrasia, a que nunca se les dio la oportunidad de establecer un verdadero Estado prestándoles la ayuda necesaria.
Al contrario, sólo han sufrido el desprecio y el castigo de quienes les han esclavizado desde que declararon su independencia. Pues una vez que abandonaban los territorios, se les ordenaba pagar sus sempiternas deudas, mientras que sus riquezas pasaban a engrosar las existencias de sus opresores, sumiéndolos en una miseria que se prolongaba en el tiempo. Primero el Imperio francés y luego el norteamericano acabaron con ellos.
Mientras tanto, como escribe don Federico Gratelow, la religión, la historia, la filosofía, la historia y las humanidades se han convertido en «memes» culturales.
Sobrevivimos así como ‘amemao’ a una amenaza latente desde la independencia, que no deja otra opción a los políticos. No pueden dejar de lado sus intereses particulares y unirse a los esfuerzos de los gobernantes para protegernos de todo lo malo que conlleva el actual estado de cosas en el desafortunado país de Occidente.
‘El arte de aprender a pensar debe ser adquirido por nuestros alumnos’.
F. Nietzsche
Y a pesar de todos los sacrificios realizados por el pueblo dominicano para paliar la miseria en la República Dominicana, recibimos odio, malicia y prepotencia de su parte, de toda la red de grupos de presión y de algunos políticos que se aprovechan de la poca riqueza que aún tienen Sólo que no cejan en su empeño de tacharnos de racistas y explotadores en todas las instancias internacionales, como han hecho y siguen haciendo algunas grandes potencias.
Lamentablemente, muchos de nuestros detractores pasan por alto el hecho de que nunca se ha intentado con éxito unir razas con creencias, costumbres e idiomas diferentes. Sean cuales sean sus afirmaciones, observemos lo que ha ocurrido en el continente africano desde que se intentó trazar una simple línea en el mapa para crear un Estado.
Nigeria y Biafra son buenos ejemplos de ello, y lo que ocurre hoy en Suecia es una inmigración totalmente contraria a las costumbres que han caracterizado a ese país desde sus orígenes. Lo mismo nos ocurre a nosotros y a los habitantes de Europa Occidental. Es sencillo, pero no quieren entenderlo.