Es cierto que si la oposición no logra conformar una fuerza política electoral fuerte, no tiene posibilidades de ganar ni las elecciones de febrero ni las de mayo. Lo que está en juego, por tanto, es la supervivencia y fortaleza del Partido de la Liberación Dominicana, que cada vez pierde más sus raíces, y la supervivencia y fortaleza de las fuerzas populares, que no tienen ni la fuerza ni el pueblo para competir en igualdad de condiciones con los partidos revolucionarios modernos.
El enemigo fundamental del PLD no es ni el PRM ni el gobierno, a pesar del sometimiento a la justicia del entorno del expresidente Danilo Medina, sino Leonel Fernández, principal causante de su derrota y su salida del poder en 2020.
Veamos: el expresidente Fernández no solo abandonó el PLD, sino que hizo acuerdos secretos con Luis Abinader y el PRM que hicieron posible su victoria. Luego, cual “gatita María Ramos” (como para esconder las manos y esconder las piedras), formó un partido político con el objetivo de aniquilar al PLD y convertirlo en un partido bisagra como el Partido Revolucionario Dominicano o el Partido Reformista Social Cristiano, sin que le queden más que sus siglas.
El Ejército del Pueblo, que nunca debió ser reconocido por su nombre genérico, fue creado no para ganar las elecciones del próximo año, sino para debilitar al PLD e impedir que regrese al poder en las elecciones del 28, como en realidad no pudo hacerlo el ex presidente Medina, destituido por la Constitución.
El ex presidente Fernández intenta fortalecer su partido debilitando al PLD, que sigue siendo una organización grande y poderosa a pesar de su aparente situación de crisis. El Ejército del Pueblo debe crecer rápidamente, pero a costa de su organización madre, el PLD, que se atrofia cada día con candidatos presidenciales inútiles como Abel Martínez, que no tiene carisma, ni ángel, ni discurso. (Abel Martínez no tiene carisma, ni ángel, ni discurso (El propio Abel Martínez, como gesto noble y señorial, debería renunciar y ceder su candidatura a Francisco Javier García, Francisco Domínguez Brito o Margarita Cedeño). Abel tenía un 11% en la última encuesta que tenía en la mano).
El ex presidente Fernández necesita un senador, un alcalde, un diputado y un senador. Sólo una alianza con el PLD puede darle esas cosas; el PLD no puede permitirlo porque es como un cuchillo en su propia garganta. Lo sensato es que el PLD se mantenga en el poder para el 2028 y se olvide del 24.
