¿Podrían los trabajadores extranjeros (básicamente haitianos) en la construcción y la agricultura de Dominica hacer historia, como anunció el presidente Luis Abinader? Creemos que sí, pero sólo a medio y largo plazo, ya que el sector de la construcción es un sector con una economía endeudada. Sin embargo, en el sector agropecuario es más complejo y tomará más tiempo convertir en realidad esta aspiración del Jefe de Estado. Si bien es posible que la mayoría de los dominicanos esté de acuerdo con el Presidente Abinader, hay que recordar que desde hace tiempo los jornaleros de Dominica no quieren trabajar en la construcción y mucho menos en la agricultura o la ganadería. En el campo, hace tiempo que los caballos y los burros han sido sustituidos por motocicletas.
Fronteras más flexibles.
Esto no ha sucedido porque los haitianos estén mal pagados por el trabajo en la construcción o la agricultura. A menudo hay que rehacer el trabajo porque los extranjeros no entendieron lo que se les dijo. No hay que olvidar que la mayoría de los productores agrícolas dominicanos son pequeños y medianos, y mecanizar las pequeñas explotaciones no les resulta fácil, ya que supone una gran inversión para ellos.
Los mercados en la frontera dominico-haitiana siguen cerrados, a pesar de la orden del presidente Abinader de abrirlos, y los jefes haitianos no quisieron ayer que sus compatriotas compraran alimentos en Dajabón.