La violencia en las gradas llevó a la selección argentina del capitán Messi a abandonar el terreno de juego y esperar en los vestuarios durante 22 minutos.
Nicolás Otamendi marcó de cabeza para dar a Argentina una victoria por 1-0 sobre Brasil en el derbi sudamericano, que se vio empañado por una reyerta en las gradas.
Para la Verdea Marela, fue su primera derrota en 65 partidos en casa en las eliminatorias sudamericanas. Era la primera vez que Brasil sufría tres derrotas consecutivas.
Muchos de los 69.000 aficionados presentes en el estadio Maracaná, que se habían reunido para ver el que podría haber sido el último partido de Lionel Messi en Brasil, acabaron marcando el único gol del partido en el minuto 63, cuando Otamandi cabeceó a la red un saque de esquina botado por Giovani Lo Celso. Se convirtió en el único gol del partido.
El comienzo del partido se retrasó casi media hora debido a una pelea entre aficionados en las gradas del Maracaná y a la intervención de la policía.
Messi, aquejado de una distensión muscular en el aductor, abandonó el terreno de juego en el minuto 78 entre abucheos y vítores de los aficionados brasileños.
El astro argentino, de 36 años, esperaba marcar contra Brasil su primer gol en la fase de clasificación.
Pero la Albiceleste regresará a casa como líder de la carrera sudamericana hacia el Mundial y con una victoria en el emblemático estadio de Río de Janeiro. Hace dos años, Ángel Di María ganó la Copa América, marcando el único gol del torneo en un Maracaná sin espectadores.
Este grupo sigue logrando cosas históricas», afirma Messi. La fortaleza de Brasil en casa es evidente en su historia.
El jueves pasado, Argentina perdió 2-0 en casa ante Uruguay y, tras seis partidos, los hombres de Lionel Scaloni lideran la tabla con 15 puntos, seguidos por Uruguay, con 13, y Colombia, con 12. Brasil termina el año en sexto lugar con siete puntos, directamente fuera de los puestos de clasificación.
La selección argentina, capitaneada por Messi, abandonó el terreno de juego tras un incidente de violencia en las gradas y esperó 22 minutos en los vestuarios hasta que se calmó la situación. Al menos un espectador fue sacado del estadio sangrando por la cara. Según la policía de Río, ocho personas fueron detenidas por los disturbios.
Messi dijo sobre su decisión de ir al vestuario: «Todo fue una manera de calmar los ánimos. Algunos jugadores tenían familia. Cuando piensas en tu familia, no sabes lo que está pasando y te preocupas más por eso que por jugar el partido. En ese momento, es secundario.
Los primeros 20 minutos del partido, en los que la violencia en las gradas se reflejó en el terreno de juego, fueron muy tensos. El árbitro chileno Piero Maza mostró tres tarjetas amarillas a Brasil en los primeros 30 minutos. Sin embargo, la tensión se fue disipando poco a poco.
Brasil desperdició varias ocasiones, entre ellas un lanzamiento de falta de Rafinha y un balón que el defensa argentino Cristian Romero desvió a tiro cruzado de Gabriel Martinelli.
Brasil siguió presionando y, en el minuto 54, Div Martínez detuvo un disparo de Rodrigo Goze.
Otamendi cabeceó el balón y superó al defensa brasileño.
Argentina es un equipo que quiere hacer historia y va a romper las reglas, nosotros los respetamos y tratamos de hacerlo con nuestro juego», dijo Otamendi.
Brasil se quedó con diez hombres en el minuto 81, cuando el suplente Joelrington abandonó el campo. El centrocampista forcejeó con el argentino Rodrigo de Paul y vio la tarjeta roja. Los aficionados brasileños coreaban «Ores» cada vez que los argentinos tocaban el balón para poner fin al partido.
Tras el partido, Scaroni cuestionó la continuidad del puesto.
‘Tenemos que pensar bien qué vamos a hacer’, dijo Scaroni en rueda de prensa. ‘No es una despedida ni nada por el estilo, tenemos que pensar.
