Biden inicia las conversaciones con el objetivo de reanudar las comunicaciones entre las fuerzas armadas de ambos países.
El presidente estadounidense, Joe Biden, y el presidente chino, Xi Jinping, comenzaron el miércoles su reunión cerca de San Francisco con un cordial apretón de manos mientras sonreían y posaban para las cámaras que intentaban captar el momento.
La reunión, que comenzó poco después de las 11.15 horas, tuvo lugar en una mansión llamada Filoli, que sirvió de escenario para la popular serie de televisión Dinastía, en la localidad de Woodside, a unos 40 km del centro de San Francisco.
Biden esperaba a las puertas de la mansión a Xi Jinping, que llegó en un coche negro.
Se detuvieron un momento antes de entrar en la mansión, saludaron a los medios de comunicación, se estrecharon la mano y posaron sonrientes para las cámaras de televisión.
El encuentro directo al margen de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) es el primero en un año para los dos líderes, tras su reunión de tres horas en la cumbre del G20 en Bali (Indonesia) en noviembre de 2022.
Las conversaciones de Biden tienen como objetivo reabrir las comunicaciones entre los ejércitos de ambos países y obligar a China a tomar medidas para controlar el flujo de productos químicos utilizados en la fabricación de fentanilo, un potente opioide que mata a casi 200 estadounidenses al día, desde su territorio.
Por su parte, Xi Jinping espera obtener de Biden el compromiso de que EE.UU. no intervendrá en las elecciones presidenciales de Taiwán en enero y no apoyará la declaración de independencia de Taiwán, que China reclama como territorio propio y que EE.UU. podría defender en caso de conflicto armado.
Ninguna de las partes espera un gran acuerdo, pero intentan restablecer líneas de comunicación en diversos ámbitos para evitar que la competencia entre ambas potencias se convierta en un conflicto abierto.
Los dos líderes no han mantenido ninguna comunicación formal, ni siquiera una llamada telefónica, desde su reunión en Bali.
Aquel cara a cara terminó con una nota positiva y se percibió en su momento como la apertura de un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales tras las tensiones del mandato del presidente Donald Trump (2017-2021), cuando la imposición mutua de aranceles desembocó en una guerra comercial.
Sin embargo, la compenetración duró poco y las relaciones volvieron a deteriorarse después de que el Gobierno de Biden derribara lo que afirmaba que era un globo espía chino que sobrevolaba Estados Unidos a principios de este año.
Tras el incidente siguieron meses de desconfianza, pero se inició un complejo baile diplomático para revitalizar las relaciones bilaterales con visitas a Pekín de varios miembros del gobierno estadounidense, incluida una visita a Pekín del Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, en junio.
Además, miembros del Gobierno chino también han visitado Estados Unidos en los últimos meses, entre ellos el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, que se reunió con Biden a finales de octubre.
