La actriz, cantante, productora y humorista Cecilia García retoma este fin de semana uno de los personajes más crueles de su carrera como actriz, la ambiciosa Cenicienta y regresa al teatro como la malvada madrastra.
En una sincera entrevista con los lectores de Qué Pasa., se le preguntó a la polifacética artista si compartía la opinión del público dominicano sobre la «artista femenina más lograda de la República Dominicana».
Creo que el día que me dé cuenta de eso y sienta que soy la más completa, podré volver a casa.
Cecilia García, reconocida por el Foro Naranja del Caribe
No dudo de mí misma, no tengo miedos, no sé nada, no me da vergüenza hacer nada, viviendo fuera del país durante 30 años, yendo y viniendo, sé que la gente me quiere. Es lo mismo vaya donde vaya. He encontrado algo que tuve en su día pero que nadie me contó», confesó.
El hecho de haber sentido tanto cariño, sobre todo por parte de quienes dicen que no veían su programa Cecilia en Facetas por ser demasiado clasista, o de quienes aseguran que no aparecía en las encuestas, es para ella un motivo de gran satisfacción, a pesar del paso del tiempo.
Porque hoy, porteros, aparcacoches, camareros y gente corriente me hablan de aquel programa, que terminó en 1995. No sé si es verdad que soy la más completa, lo que sería estupendo, y si lo es, pues bien por mí, y bien por mí por haber tomado la decisión de hacer mi trabajo».
En este sentido, se sintió reconocida por el cariño de la gente de la República Dominicana, sobre todo de la gente común. No es un premio, no es un alarde, no es una cosa inventada, es el simple hecho de entrar en una oficina y que el vigilante me diga: ‘Vengo a ayudarte en tu trabajo’. Y el responsable me dice: ‘¿Cómo te llamas? Es otra generación y así es la vida, sin ánimo de ofender, pero me siento reconocido.
Equipo de producción.
El musical, bajo la dirección general del veterano actor, productor y dramaturgo Carlos Espinal, cuenta con Sócrates Montas, Ángela Bernal y Avril García, además de cantantes, bailarines y actores, con coreografía de Natalie Bolso y codirección de Amarilis Rodríguez Soldado.
Espinal elogió a la artista Cecilia, destacando la disciplina, el respeto, la pasión, la creencia y la dedicación de esta famosa actriz.
Cuando ella se dedica a algo en lo que cree, es porque tiene que creer en ello, es un monstruo y cuando como director tienes la oportunidad de ver a una artista desgarrarse sin prejuicios, es una lección, dijo.
Reveló que Cecilia llega primero a los ensayos, tres horas antes de salir al escenario, comparte con sus compañeros y exige que todos sean tratados por igual.
Y es ella la que comparte la luz en el escenario, que es lo que he podido vivir en La mujer araña. Y siempre lo he dicho. Sé cómo Cecilia me dio el escenario y sé que fue una gran lucha para ella decidir que yo estuviera allí. Desde Cecilia, mi carrera y mi vida han cambiado en todos los sentidos.
La Cenicienta está escrita y musicalizada por Frank Ceará y cuenta con la participación de Gabriela Gómez, Miguel Rendall, Luz García, Juanma García, Laerdo Lopes, Honny Estrella, Ana y Carolina Rivas.
De Ceará, Cecilia dice: «Esta obra de Frank Ceará contiene todos los elementos de un cuento tradicional, así como canciones escritas específicamente para esta representación. Las canciones del compositor nos traen risas y momentos románticos. Diseño de vestuario, escenografía e iluminación por Marcos Malespin, coach de voz Andy Matias, talentos infantiles Ivanna Rojas (La Senicienta Niña), Lena Abreu, Emmanuel Chacin (solista), Ivanna Marte y Luna Guzman, Madeleine Morales.
La productora ejecutiva es Primera Memoria, con orquestaciones y arreglos del maestro Pembian San y su hijo Souchan San.
Sobre el director.
Cecilia conoció a Carlos Espinal cuando él quizá no sabía cuánto lo admiraba, confiesa la polifacética artista.
Pensaba que tenía todo el talento del mundo, sobre todo calidad humana, y cuando surgió la oportunidad de hacer el casting de El beso de la mujer araña en 2006, los miembros del equipo de producción fueron a ver la obra de Broadway al Lincoln Centre, se hicieron una idea general de la producción y tomaron notas. Cuando terminó la obra, les dije a los otros miembros del equipo: ‘Tengo un personaje que se llama Molina’, y me preguntaron ‘quién es’, así que les dije ‘Carlos Espinal’ y se decidió que él interpretaría el personaje. En ese momento quedé fascinado no sólo por el actor, el personaje, la disciplina, la habilidad y la extraordinaria interpretación, sino también por la humanidad. Una de las cosas más importantes que hice en mi carrera fue encontrar a Carlos Espinal, un ser humano.