En 1947, el régimen del dictador Rafael Leónidas Trujillo anunció la puesta en marcha de un plan para liquidar la deuda pública de la República Dominicana con EE.UU. tras haber cedido el control aduanero a principios del siglo pasado.
La renegociación incluía un pago directo de 1 millón de dólares y la emisión de bonos internos, que debían pasar de liquidación de deuda externa a deuda interna, a pagar en 18 meses.
Así, decenas de contratos han sido renegociados en República Dominicana por diversas razones, entre ellas desproporcionalidad, intereses políticos y económicos, o simple populismo, aunque algunos han sido más beneficiosos que otros.
El anuncio del presidente Luis Abinader de la renegociación del contrato con la aerolínea Aerodom, que cumplirá su vida útil en 2030, abre un nuevo capítulo en el contrato más importante y directamente beneficioso de las últimas dos décadas para la República Dominicana.
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En septiembre de 2003, al final de la administración del ex presidente Hipólito Mejía, la República Dominicana compró las participaciones de la empresa española Unión Fenosa en el país, dando así al Estado el poder sobre las empresas de distribución de electricidad Edenorte y Edesur.
El acuerdo incluía un pago de 362,5 millones de dólares que la empresa española había realizado a un banco internacional y un pago de 15 millones de dólares a Unión Fenosa a finales del mismo mes.
Diez años después, durante la primera rendición de cuentas del ex presidente Danilo Medina, éste anunció que el contrato con la minera Barrick Gold sería renegociado y el país se beneficiaría de los pagos de la multinacional canadiense por 11,065 millones de pesos durante la vida útil de la mina.
A pesar del rechazo de algunos diputados de la oposición, el proyecto de cambio de contrato fue aprobado, dejando al país un beneficio inmediato de aproximadamente 2.200 millones de pesos en 2013.
En 2015, República Dominicana debía a Venezuela 4.027 millones de dólares por la venta de crudo financiada por el país sudamericano, pero en medio de la crisis económica optó por ofrecer facilidades de pago al otro país como forma de financiarse.
En este contexto, la República Dominicana realizó un pago a Venezuela en 1933 para saldar su deuda, ahorrando más del 50% de su inversión en la compra de crudo al país de Bolívar.
Seis años más tarde, el país adquirió la Refinería Dominicana de Petróleo Dominicana de Venezuela, propiedad de PDV CARIBE, S.A., filial de PDVSA, la empresa estatal de la República Bolivariana de Venezuela, los Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), y el (Petróleo PDV, S.A.) (REFIDOMSA), el 49% del capital suscrito y pagado de la empresa, a través de la cual el Estado pasará a ser propietario del 100% de sus acciones, según memorando emitido por el gobierno del Presidente Luis Abinader en agosto de 2021.
Durante la gestión del expresidente Danilo Medina, el Fideicomiso RD Vial asumió el control de los peajes, que antes estaban en manos del Estado dominicano.
Sin embargo, en el caso de la Autopista del Nordeste, Juan Pablo II (Samaná Expressway), además de estar vigente el contrato, se pagó un excesivo monto de 26,835 millones de pesos en concepto de peaje sombra (subsidios a los vehículos que no pasaban por la vía como estaba previsto). Como ya se había pagado, se excluyó y el Gobierno presidencial de Luis Abinader decidió liquidar la deuda. Los contratos renegociados, por un valor total de 410 millones de dólares, supondrán un ahorro aproximado de 1.500 millones de dólares, según las autoridades.
El martes de esta semana, el presidente Luis Abinader anunció, a través de varias plataformas de medios sociales, una nueva renegociación con AERODOM, esta vez para la explotación de los aeropuertos del país, y propuso una prórroga hasta 2060.
Esto supondría una prórroga de 30 años del contrato, que se firmó en 1999 y debía finalizar en 2030, pero según el Presidente, supondría una inyección de 2.000 millones de dólares, que se destinarían a diversas obras, entre ellas la renovación de la terminal aeroportuaria, que está bajo su responsabilidad.