El equipo de defensa afirmó que están llevando a cabo una campaña triste y vengativa contra el ex Procurador General de la República.
Los abogados defensores del ex fiscal general Jean Alan Rodríguez acusaron al canciller Roberto Álvarez, a la Procuraduría General de la República y a la Dirección del Fiscal General Especializado en Corrupción, Yeni Bereniz, de presentar a la opinión pública una situación manipulada y desconectada de los temas establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En un comunicado de prensa, los abogados de Rodríguez afirmaron que Berenis había confirmado públicamente el odio, la venganza y la hostilidad mayúscula señalados por el Grupo de Trabajo de la ONU en la Decisión 60-69 y reconoció que era una funcionaria a la que la ley le prohibía investigar y enjuiciar a sus antiguos jefes.
En este sentido, acusaron a las autoridades de mantener en desacato al Grupo de Trabajo de la ONU para poder presentar una denuncia por desacato al tribunal.
Del mismo modo, los funcionarios afirmaron que el Grupo de Trabajo de la ONU había tomado decisiones contrarias a sus intereses personales y que, por lo tanto, los habían sometido a desprecio, calificándolos de políticos y manipuladores.
Ante esto, declararon que la PGR y la ministra Álvarez utilizaron una estrategia de comunicación con la intención de desviar el tema hacia otros asuntos en un intento por minimizar la importancia de la declaración del informe e infundir odio hacia Jean Alain Rodríguez.
Según ellos, se eludió deliberadamente el punto central de la decisión del organismo internacional: el encarcelamiento arbitrario e innecesario de Jean Alain sin riesgo de fuga.
El «riesgo de fuga» pasó de ser una burda advertencia a un cuento de hadas, señala el documento.
También calificaron de tristes y vengativas las acusaciones de las autoridades contra el ex Fiscal General.
También afirmaron que el Consejo de Derechos Humanos no pondría límites a ese comportamiento, propio del tercermundismo, ante el rechazo del enfoque de la ONU, mientras que las autoridades, que actúan contra la justicia penal al revocar la orden del Fiscal General, expresaban ahora su apoyo a la decisión de los órganos de la ONU de hacerlo.
Su retorcido pensamiento no aprecia las nefastas consecuencias futuras de sus acciones. La experiencia de incidentes similares ha dejado un sabor amargo en el marco de las relaciones internacionales, concluye el comunicado.