El cantautor español Joan Manuel Serrat reflexionó anoche sobre su vida y obra ahora que se ha retirado de los escenarios.
El cantautor español Joan Manuel Serrat reflexionó anoche sobre su vida y su obra, ahora que se ha retirado de los escenarios, en una conversación con estudiantes y profesores de la Universidad de Harvard, en el noreste de Estados Unidos.
La charla del cantante de 79 años, organizada por el Departamento de Lenguas y Literaturas Románicas de la universidad por invitación del Instituto Cervantes, tuvo lugar en el teatro Farkas Hall de la universidad y el público era mayoritariamente latino, entre mexicanos, argentinos y españoles.
Según Marta Mateo, directora del Centro Cervantes de Harvard, Serrat dijo a la abarrotada audiencia que nunca había querido ser otra persona porque nunca se sintió esclavo de su papel.
Admitió que cantar fue para él un gran vicio, pero también una profesión que le permitió conocer a otros cantantes e intercambiar muchas experiencias maravillosas a lo largo de sus 50 años de carrera.
Serrat afirmó que no rehuyó los temas políticos, que tuvo una infancia feliz y que sólo tomó conciencia de las injusticias que le rodeaban de adulto, pero que desde entonces desarrolló un compromiso innegociable con los valores democráticos y la justicia.
En cuanto a su identidad, reivindicó su papel de charnego declarando que el mestizaje le parecía maravilloso y enriquecedor, e intentó restar importancia a la noción de patria haciendo suyas las palabras de su madre: «Yo vengo de donde comen los niños».
A la conversación entre Serrat y los cuatro profesores de español del departamento siguieron las preguntas de los alumnos y, tras hora y media de charla, el cantante catalán tenía preparada una sorpresa para los cuatro estudiantes, que interpretaron tres de los temas más míticos de Serrat en clave de jazz.
Y para no defraudar, Serrat se unió al cuarteto y cantaron juntos los últimos compases de Penélope, antes de ser despedidos con una gran ovación.