Normalmente, el Congreso llega a un acuerdo en el último minuto y se evita la parálisis. La última vez que hubo riesgo de paralización fue a finales de septiembre.
La Cámara de Representantes estadounidense aprobó el martes una prórroga del presupuesto federal.
El texto, apoyado por congresistas demócratas y republicanos, debe ser aprobado por el Senado antes de la medianoche del viernes para evitar esta amenaza de consecuencias catastróficas.
Si el presupuesto no se prorroga para entonces, 1,5 millones de funcionarios se quedarán sin sueldo y técnicamente en paro hasta que la situación se normalice.
Los legisladores se han enfrentado al reto de evitar este cierre tan impopular, especialmente de cara al Día de Acción de Gracias de la próxima semana.
La última vez que ocurrió fue hace dos meses, cuando se evitó en circunstancias casi extremas.
Un año antes de las elecciones presidenciales, el Parlamento estaba dividido, los legisladores no podían votar el presupuesto anual como en muchos otros países del mundo y sólo disponían de uno o dos meses para sacarlo adelante.
Normalmente, el Parlamento es capaz de llegar a un acuerdo en el último minuto y se evita la parálisis. El peligro de un cierre se produjo a finales de septiembre.
Los legisladores afines al ex líder republicano Donald Trump destituyeron al presidente de la Cámara de Representantes, que ellos controlaban, como castigo por llegar a un acuerdo con los demócratas. La decisión no tenía precedentes en la historia de EEUU.
Dos plazos.
El acuerdo propone prorrogar el presupuesto en dos plazos.
Fue presentado por el nuevo presidente de la Cámara, Mike Johnson, desconocido e inexperto en la cúpula republicana.
El diputado de Luisiana admitió el martes en rueda de prensa que se está acostumbrando al cargo. ‘Sólo llevo tres semanas en este puesto’.
En cualquier caso, al igual que su predecesor, tendrá que lidiar con un puñado de trumpistas, partidarios de la estricta ortodoxia presupuestaria y demócratas que se niegan a que las políticas económicas del país sean dictadas por el círculo íntimo del expresidente.
Hace cuatro meses, fueron estos mismos políticos conservadores los que empujaron a EEUU al abismo. Entonces, tras largas negociaciones entre la administración de Joe Biden y los conservadores, una de las principales potencias mundiales se salvó de la parálisis en el último minuto.
