Eran las cinco de la tarde de un fatídico sábado cuando la joven Dahiana Eredia decidió echarse una siesta sin imaginar que no volvería a despertarse, mientras una intensa lluvia empapaba el interior de su humilde vivienda.
La modesta casa estaba situada en una aldea en el corazón de un populoso barrio y era el refugio de una joven madre. Vivía con sus dos hijas y su padre, que habían abandonado la zona cuando ocurrió la tragedia.
Las lluvias de la tormenta tropical 22, que dejó precipitaciones históricas en la República Dominicana, provocaron el derrumbe del suelo de la casa situada encima de la de Dahiana, que quedó sepultada bajo un montón de barro y rocas.
Según una de las personas que ayudó a rescatar a la joven de 23 años, en el momento del derrumbe corrió frenéticamente pidiendo ayuda a sus vecinos, pero nadie miraba, así que no tuvo más remedio que despejar los escombros e intentar salvar a Heredia, que estaba inconsciente pero aún con vida.
En cuanto vi el derrumbe, me dijo que se iba a la cama y avisé a la comunidad, pero no vinieron. Fui solo con mi suegro, pero ya era demasiado tarde.
Cuando llegué y la encontré, su corazón latía muy deprisa. Tenía los ojos hinchados y el estómago distendido, pero estaba viva».
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Los esfuerzos duraron unas tres horas, hasta que a las ocho de la tarde fue trasladada con vida al centro de salud, pero murió poco después.
Había rastros de la tragedia en la casa, y la cama en la que dormía estaba cubierta de sangre y barro.
El agua en esta zona me dejó la pérdida de mi hija. Destruyó la casa y la dejó caer sobre mi hija. …… Dejé morir a mi hija.
Cuando pasa algo así, hay que rezar a Dios. Era una mujer muy educada y trabajadora que vendía ropa para ganarse la vida y mantener a sus dos hijas.
Dahiana dejó huérfanas a las niñas, de 6 y 3 años, y toda la comunidad se entristeció. El fin de semana, la gente se reunió en el centro de La Zulza para darle el último adiós.
Heredia es una de las 24 víctimas mortales contabilizadas oficialmente por las autoridades, pero la falta de registros sugiere que la cifra de muertos por la tormenta, uno de los fenómenos atmosféricos más mortíferos de las últimas décadas en la República Dominicana, podría haber superado la barrera de las 30 personas.
De momento, el Gobierno aún no ha contabilizado los daños totales causados por las fuertes lluvias, pero ha comenzado a prestar asistencia a las zonas más afectadas, sobre todo las del sur de la República Dominicana, que se preveía que se convirtieran en ciclones tropicales pero no lo hicieron.