Miriam Germán Brito, procuradora general de la República, fue respaldada por la Alianza Cristiana Dominicana por las preguntas sobre las tres causales que formuló a la jueza del Tribunal Superior Administrativo Cecilia Inmaculada Badía Rosario, en el proceso de entrevistas del Consejo Nacional de la Magistratura y sostuvo la entidad que se trata de «preguntas que debe hacerse toda la sociedad».
La Alianza Cristiana Dominicana es partidaria de que la madre decida y evite lo que esta instancia llama «torturas en pleno siglo XXI» y aclara que se sitúa «lejos» de respaldar el aborto libre e indiscriminado.
A través de un comunicado, la organización religiosa que representa a creyentes de diferentes denominaciones cristianas explicó que las preguntas y los cuestionamientos que formuló el senador de la provincia Hermanas Mirabal, Bautista Rojas Gómez, y después la magistrada Germán Brito, efectivamente son las que deben hacerse quienes respaldan y quienes rechazan que una madre embarazada pueda decidir si somete o no a un aborto en tres casos excepcionales.
Estos tres casos aluden a cuando la madre está en peligro de muerte debido a ese embarazo, si este este fruto de una violación sexual y en caso de que una malformación del futuro feto al punto de ser incompatible con la vida.
A continuación, Acento reproduce de manera íntegra el comunicado de Alianza Cristiana Dominicana sobre Miriam Germán y las tres causales:
Como personas de fe, respetuosas de la vida, la salud y la dignidad de las mujeres, respaldamos a la magistrada Miriam Germán, Procuradora General de la República en las preguntas que se hace ante el drama humano que implica obligar a una mujer a terminar un embarazo en circunstancias criminales como una violación sexual de parte de su propio padre o algún otra familiar (incesto); cuando peligra la vida de la mujer y cuando se ha comprobado que el producto del embarazo es incompatible con la vida.
Entendemos que las preguntas y los cuestionamientos que primero formuló el senador de la provincia Hermanas Mirabal, Bautista Rojas Gómez, y después la magistrada Miriam Germán a la jueza del Tribunal Superior Administrativo Cecilia Inmaculada Badía Rosario en el proceso de entrevistas del Consejo Nacional de la Magistratura son preguntas que debe hacerse toda la sociedad.
¿La madre que está en peligro de muerte, no la protege el artículo 37 de la Constitución?
¿Se justifica que un embarazo que significa un peligro de muerte para la mujer sea llevado a término de manera obligatoria sin dar la oportunidad a que ella elija vivir o morir?
¿Qué pasa cuando esa mujer es madre de otros hijos, es válido condenar a los demás niños a la orfandad?
¿Debe la víctima de manera obligatoria convivir de por vida con el producto de una violación sexual y compartir derechos paternales con su violador?
¿”Provida” sin importar las consecuencias?
Creemos que es imposible que se pueda hablar de felicidad ante los traumas que implica obligar una mujer a parir sin importar a las circunstancias. ¡Todo lo contrario! Nos parece que más bien se trata de torturas en pleno siglo XXI.
Precisamente, nuestra lucha a favor de las tres causales lejos de significar respaldo a un aborto libre e indiscriminado, persigue, más bien, que el Estado dominicano despenalice la interrupción del embarazo en estas tres excepciones que son las que constituyen las tres causales.
Es momento ya de que la sociedad dominicana entienda que las causales ayudan a evitar abortos clandestinos e inseguros (una de las principales causas de muerte materna en República Dominicana) que pueden comprometer la posibilidad de la mujer de tener hijos en el futuro. Protegen derechos (a la vida, a la salud, a la dignidad, a la integridad) y dan autonomía a las mujeres sobre su vida y sus cuerpos.
Como personas cristianas apoyamos las tres causales porque uno de los mandamientos principales de Jesús fue amar al prójimo como a ti mismo, por los que las mujeres también merecen amor y una vida plena, abundante y llena, como dice Juan 10:10: «yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». Las mujeres también son merecedoras de esta vida.