No hay nada nuevo bajo el sol» Esta afirmación es categórica y rutinaria.
Es fácil utilizar este hecho para explicar que muchas cosas son nuevas y a veces incluso milagrosas.
Pero en todas partes hay siempre una explicación para el acontecimiento en cuestión, e incluso la ciencia, con un poco de investigación visceral, puede ofrecer una definición correcta del suceso, sus consecuencias u orígenes.
Según las leyes de la física, toda presión ejercida sobre un fluido se transmite a una parte plana de la pared, independientemente de su ubicación.
Lo aprendí en el instituto, pero hoy, a modo de parábola, puedo relacionarlo con los problemas acuciantes que nos asolan, ya sea por negligencia, desprecio de la ley o cuña de intereses personales.
En otras palabras, todo tiene una acción y una reacción.
Por ejemplo, lo que ocurre en el barrio de Capotillo salpica a todos los barrios y tiene un efecto similar o incluso mayor.
Desde hace tiempo, las autoridades (principalmente la Policía Nacional) han abandonado su papel en estos barrios, convirtiéndose en parte del problema y no de la solución.
El problema, como se mencionaba al principio de este artículo, es que la violencia, la inseguridad y el vandalismo se comportan como el agua y toman la forma de recipientes para contenerlos.
Esto es lo que socava el principio de buena convivencia dentro de un marco legal de igualdad para todos.
Para demostrarlo, no hay más que ver a lo que han llegado la farándula, los partidos políticos y los grupos sinvergüenzas.
Y tratándose de estos últimos, criminales y abusivos, será la historia la que juzgue los problemas de los presupuestos educativos y, sobre todo, de los colectivos desfasados.
Problemas todos ellos que han evolucionado desde el caos generalizado y absurdo de la aplicación laxa de la ley y la visión idealizada de gente adormilada que se niega a ver lo que le espera a la vuelta de la esquina y que, de seguir así, andará como Shanock, el protagonista de la famosa serie de dibujos animados, que anda con un cuchillo en la boca Tendré que hacerlo.
Todavía no he oído decir a ninguno de los candidatos que se presentan a las próximas elecciones que hayan ofrecido alguna solución a estas situaciones. Tampoco me interesa el tema de los ayuntamientos, producto de la insana división y partición del país con el único fin de que cada uno tenga una parte del pastel en nombre del erario nacional.