Ayer, un camión que transportaba cemento se estrelló contra un minibús de transporte público en la carretera Sánchez, cerca de la comunidad de Quita Sueño, lo que provocó un accidente de tránsito en el que murieron nueve personas y otras 17 resultaron heridas, y otro La tragedia se cierne sobre los alrededores de San Cristóbal.
A mediados de marzo, una explosión en un municipio de la provincia causó la muerte de 37 personas y heridas a otras 59, mientras que la onda expansiva y el vigoroso incendio asociados a la explosión destruyeron decenas de comercios del mercado municipal y casas de las calles vecinas.
Según la primera teoría sobre el accidente mortal, el conductor del microbús estaba detenido en una parada de pasajeros en una curva de la carretera cercana al barranco cuando fue golpeado por un patín y ambos vehículos cayeron por el precipicio a consecuencia del impacto.
Las autoridades aún no han llegado a una conclusión definitiva sobre la causa de la explosión ocurrida en San Cristóbal hace más de un mes, aunque el Ministerio Público ha llevado a juicio a un par de empresarios acusados de homicidio involuntario.
Lo ocurrido ayer en Kita Sueño, en Haina, fue una tragedia sobre la que el alcalde de la comunidad había advertido muchas veces. El alcalde dijo que había intentado sin éxito arreglar una fuga de aguas residuales que se había extendido a lo largo de la carretera, haciendo que el asfalto se volviera resbaladizo y aumentando el riesgo de deslizamiento de los vehículos.
El tramo de la carretera de Sánchez que va de Santo Domingo a San Cristóbal se ha convertido en una vía insegura y extremadamente peligrosa, con el paso diario de decenas de camiones, remolques y autobuses, sin ningún control ni previsión por parte de las autoridades.
Con poco más de 20 kilómetros, la ruta es una de las más peligrosas del mapa vial del país.
Una sociedad desconsolada por la tragedia de ayer en la carretera de Sánchez insta a que las 10 víctimas mortales y los 17 heridos no sean arrojados al cubo de la basura del olvido y la indiferencia, como tantos otros accidentes mortales provocados por la imprudencia de los conductores y la despreocupación, falta de previsión e irresponsabilidad de las autoridades.