Un poco más de acción por parte de las potencias, especialmente Estados Unidos, podría detener el genocidio que Israel está cometiendo en la Franja de Gaza en respuesta a los ataques terroristas del grupo Hamás.
El presidente Joe Biden es el negociador más poderoso para persuadir al Gobierno israelí de que detenga el genocidio contra los palestinos que viven en la región.
Él podría abrir la ventana a las negociaciones de paz en la región del mismo modo que se consiguió un alto el fuego para liberar a los palestinos tras los atentados del 7 de octubre liberando a los rehenes secuestrados.
Biden y muchos otros jefes de Estado, incluido el Papa, comparten la opinión de que la creación de un Estado palestino es necesaria para poner fin a las tensiones en la región.
Sin embargo, si no se convence al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de la necesidad de un alto el fuego para negociar una solución duradera, la sangre de inocentes seguirá corriendo a torrentes.
La ONU luchará cada minuto para hacer llegar ayuda a Gaza mientras dure el alto el fuego.
Los aliados de Israel en Occidente deben implicarse más en la búsqueda de salidas a la crisis, como hicieron en respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
Desde el comienzo de los bombardeos israelíes, los habitantes de Gaza se han visto privados de agua, alimentos y electricidad.