Washington, 6 nov (Prensa Latina) El expresidente estadounidense Donald Trump está acusado de exagerar el valor de los activos de su empresa para obtener beneficios económicos, un fraude presentado en Nueva York. Declarará hoy en un juicio civil.
El expresidente (2017-2021) está en el centro de un proceso impulsado por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, que busca 250 millones de dólares por daños y perjuicios, así como la prohibición de hacer negocios en el estado.
James alega que Trump y sus co-conspiradores cometieron fraude en repetidas ocasiones al inflar los activos en las declaraciones financieras con el fin de obtener condiciones favorables en préstamos y pólizas de seguros.
El juez Arthur Engolon declaró a Trump y a sus cómplices, incluidos sus hijos adultos, responsables del fraude persistente y reiterado antes de que comenzara el juicio a principios de octubre.
A pesar de la orden de silencio, Trump utilizó las redes sociales para atacar a los testigos del caso, entre ellos el juez Engolon, James y el ex abogado y ex testaferro Mikael Cohen.
El último ataque del ex jefe de gabinete de la Casa Blanca contra el juez Engolon fue precisamente un ataque preventivo antes de su esperado testimonio ante el tribunal.
La montaña legal de Trump se cierne en un año electoral sin precedentes en el que el favorito republicano tendrá que pasar más tiempo en los tribunales que haciendo campaña.
La semana pasada, el ex inquilino del Despacho Oval fue multado por violar una orden de silencio.
Pero utilizó su tribuna en Internet para reiterar que se trataba de un juicio amañado promovido por el racista fiscal general de Nueva York James ante el juez Engolon, que odia a Trump, y que nunca debería haberse celebrado.
También apuntó al testigo estrella Cohen, de quien muchos dijeron que pensaba que era un SleazeBag (escoria) y, como era de esperar, al final no hubo víctimas (¡excepto yo!). Pensó.