Cuando llega la Navidad, los días son luminosos y alegres, como si hubiera duendecillos a la vuelta de cada esquina. Al calor de las luces, un torbellino de emociones se acurruca en nuestras almas y, como por arte de magia, nos volvemos más felices.
Disfrutar al máximo de la Navidad es maravilloso, pero lamentablemente no todo el mundo lo vive así.
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Si odias la Navidad, la Navidad durará para siempre Yo solía obsesionarme con la ausencia de los que habían muerto, porque en lugar de disfrutar de lo que había conseguido, me centraba en lo que no tenía. Pero había un sufrimiento más profundo. Veía a los demás irradiando alegría y felicidad, pero yo no podía sentirlas.
Sabía que nunca podría disfrutarla, pero poco a poco, a medida que se disipaba la nube negra que cubría mi visión de la vida, empecé a disfrutarla y a comprender lo que significaba.
Gracias a ello, este año he asistido a más reuniones que nunca sin llorar hasta quedarme dormida, y los abrazos y las risas han renovado mi espíritu. He disfrutado tanto que espero mantener vivo el espíritu navideño en 2024. Estar más presente, sentirse mejor y pensar en las mejores cosas de la vida es una bonita apuesta, ¡mis mejores deseos para 2024!
