Las redes sociales se ha convertido en moneda y pronto sera el “fiat” global que transplantaran las monedas tradicionales. Desafortunadamente lo estoy diciendo no alabando ni apreciándolo. Pero es también el mecanismo perfecto para el estado controlar tu vida. Luego que se implementen en nuestras vidas y sea la ley de la tierra, el manejo de tu moneda digital atada a las redes sociales, ya dejarían de existir los bancos y hasta la justicia y el sistema penitenciario ya que los castigos estarán vinculados a tu capacidad de disfrutar o no tu credito social.
Las inflaciones serán auto corregidas obligándote a tener que consumir tu “dinero social” ahorrado bajo decretos digitales que invoquen fechas de expiraciones de tu mismos ahorros. Tus infracciones te deducirán tu credito social, debilitando tu capacidad de socialmente consumir productos saludables, poder atender a lugares sociales o recibir privilegio que otras capaz de créditos sociales asumirían. Todo intencionalmente parametrizado para controlar tu comportamiento y recíprocamente conformar las necesidades corrientes y de largo plazo del estado de una forma metódica y sistemática.
En fin, nada sera tuyo. Ni tu privacidad, ni tu patrimonio y menos tus derechos. Eso es lo que nos viene. La inteligencia artificial es otro factor en la cual suplantara muchas labores manuales y muchos ciudadanos quedaran desempleados y desactualizado a las nuevas exigencias y por ende no habra de otra que las naciones introduzcan un salario básico social a todos que hayan sido reemplazados por la (IA) como mecanismo de mitigar la decaída del poder de consumo de un estado. Pero este salario básico universal tendrá una consecuencia y es tu renuencia a tu privacidad en intercambio de aceptar ser esclavo del estado. Los pocos trabajos del futuro serán de perfiles de mantenimientos y especialidades que solo pocas personas tendrán las cualidades de ejercer.
El posible contraataque de esto seria un gran reseteo: Volver al tribalismo regional social, la auto-suficiencia domestica y la re-aceptación de la moneda atada a materia prima como el oro.