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Fascinado por los genes y el linaje, el presidente Trump se somete a un nuevo escrutinio

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NUEVA YORK: En 2020, el presidente Donald J. Trump pronunció un discurso de campaña en Minnesota en el que arremetió contra los refugiados y criticó las manifestaciones a favor de la justicia rac.

NUEVA YORK: En 2020, el presidente Donald J. Trump pronunció un discurso de campaña en Minnesota en el que arremetió contra los refugiados y criticó las manifestaciones a favor de la justicia racial.

Concluyó su discurso con una frase digna de un discurso, alabando la herencia pionera del estado.

A continuación, Trump dejó de dirigirse a los simpatizantes de Minnesota y pareció esgrimir un argumento de superioridad genética.

¿Creéis que los genes de Minnesota son superiores, como la teoría del caballo de carreras, o creéis que no lo somos?

La referencia de Trump a la teoría de los caballos de carreras, la idea de que la cría de caballos con buena línea de sangre produce una descendencia superior, refleja su obsesión de décadas con las líneas de sangre y la genética, que ha sido objeto de renovada atención y escrutinio en su tercera carrera presidencial.

En los últimos meses, Trump ha sido muy criticado por afirmar que “la inmigración ilegal está minando la vitalidad de nuestro país”. Estas palabras las pronunció por primera vez en una entrevista con medios de comunicación de derechas y las repitió la semana pasada en campaña.

En su discurso de 2020, las declaraciones de Trump fueron criticadas por historiadores, organizaciones judías y liberales. Dicen que ese lenguaje recuerda a la ideología eugenésica difundida por los nazis alemanes y los supremacistas blancos estadounidenses.

En una entrevista radiofónica el viernes, Trump volvió a defender su uso de la frase “están envenenando la sangre”.

Rechazó las críticas de que sus palabras recordaban a la ideología nazi afirmando que no era discípulo de Hitler y que utilizó la palabra sangre en un sentido completamente distinto, pero no profundizó en la cuestión.

La mayoría de los artículos periodísticos, biógrafos y libros sobre su presidencia documentan el antiguo interés de Trump por Adolf Hitler, pero también muestran que ha utilizado con frecuencia la genética para argumentar su propia superioridad y la de otros.

En 1988, Trump dijo a Oprah Winfrey que no se puede tener una gran fortuna sin los genes adecuados.

Y en una entrevista con Larry King, de la CNN, en 2007, relacionó esa opinión con la teoría de los caballos de carreras.

Pero como en la teoría de los caballos de carreras, hay algo en los genes. Son muchos ‘algo'”.

Según Michael D’Antonio, que escribió una biografía de Trump en 2015, la familia Trump creía que existían personas superiores y que si se combinaban los genes de mujeres superiores con los de hombres superiores, la descendencia sería superior.

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