El Sevilla volvió a perder a domicilio ante el Atlético de Madrid (1-0). Pese a jugar mejor al fútbol que su rival, el Sevilla de Quique Sánchez Flores se fue de vacío de su visita a la capital de España. Incluso con un hombre menos, el técnico sevillista intentó cambiar el rumbo del partido dando entrada a Januzaj y Rafa Mir, pero fue en vano.
Con esta nueva derrota, el Sevilla siguió engrosando una de las peores estadísticas de su historia. Según el especialista en datos Fran Martínez, lleva 45 partidos sin ganar en casa contra los ‘tres grandes’.
Miedo escénico… Y «mala suerte».
Las visitas del Sevilla a los tres grandes de la Liga son como ir al dentista. El club de Nervión visita estos campos sabiendo que, al menos, volverá con un empaste y un dolor que no se cura fácilmente. Un dolor que ya se ha instalado, creando una barrera mental más cercana a un trauma que a «un ciclo un poco negativo».
Han pasado 15 años desde la última vez que el Sevilla ganó en los estadios del Atlético de Madrid, el FC Barcelona y el Real Madrid. Fueron -3-4 con goles de Renato, Canoute, Adriano y Romaric, y -0-1 con el tanto de Luis Fabiano ante los colchoneros justo antes.
Independientemente del entrenador o del jugador, el Sevilla se ha mantenido fiel a su deuda histórica en este siglo. La ineptitud ante equipos grandes en su propio estadio, unida a la clásica ‘mala suerte’ y al tantas veces repetido ‘siempre pasa algo’, ha dado una firme afirmación coherente con el resultado como única respuesta final.
Curiosa es la cabeza en el mundo del fútbol. Como dijo Quique Sánchez Flores, el entrenador madrileño también cayó en el trauma sevillista, que es lo más importante en este deporte. El entrenador del Madrid también cayó en el trauma del Sevilla. Francamente, con la situación actual de la Liga Española EA sport, los jugadores del Sevilla no pueden estar más cabreados en Navidad.
Como se coreaba en el Ramón Sánchez-Pizjuán cuando el club estaba en su momento más crítico, ‘este año no es diferente’.
