A una esquina de una actividad que encabeza el presidente Luis Abinader, se encontraban Feliz Vásquez y su hijastra Masiel de la Cruz, sonriente en su silla de ruedas.
A ambos les resultó imposible acercarse al mandatario para solicitar ayuda, solo fueron “bendecidos” con la “picadera” que dieron durante la celebración.
Sin embargo, reporteros de LISTÍN DIARIO conversaron con Vásquez, quien aprovechó el momento para invitarlos a ver la condición en la que viven.
Expresó que su “hija” sufre de artrogriposis aguda, una condición que le causa rigidez en las articulaciones, limita su movimiento y desarrollo muscular.
Explicó que la niña recientemente llegó de España donde fue intervenida quirúrgicamente cuatro veces gracias a una donación realizada por el bachatero Romeo Santos.
Sin embargo, al regresar al país no pudo continuar con el tratamiento fisioterapéutico. En un ángulo de la casa se observó la silla de ruedas y un andador que les regaló el artista, pero en desuso porque no tienen espacio.
“Masiel necesita terapias como mínimo por un año y no se ha podido dar ni una por mi precaria condición económica, tiene un andador y no lo usa porque mira como estamos”, indicó Vásquez.
El Informe del Instituto Internacional de Cirugía Ortopédica del Pie (IICOP) de Madrid, España, cita el siguiente tratamiento fisioterapéutico que necesita Masiel:
Tratamiento de las cicatrices, con el objetivo de liberar las adherencias de manera que al movilizar la rodilla tenga menos dolor y mayor rango de movilidad.
Movilizaciones en extensión de rodilla derecha, tiene un leve flexo. Y otros seis tipos de terapias más.
Neftalí de la Cruz, madre de la niña, dice que debido a la falta de esos procedimientos fundamentales para la recuperación de la niña, le han salido unas ulceras y por eso ella no fue a la escuela el pasado lunes.
Situación
El padrastro de la niña contó que tuvo un accidente hace tres meses que le imposibilitó estar al día con el pago de la renta de la casa. Denuncia que el dueño de la vivienda se aprovechó de su vulnerabilidad para “estafarlo y sacarlo de la casa”.
“Empeñé mi motor por 10,000 pesos; debo 12,000 y le fui a pagar al dueño de la casa y no me lo recibió, a los par de días me mandó una notificación donde dice que debo seis meses (36,000 pesos) y dice el papel que tenemos que irnos en cinco días”, expresó el hombre visiblemente preocupado.
Los padres de Masiel indican que no tienen adonde ir cuando se les venza el plazo.
El padrastro narra que tiene que alquilar una motocicleta por 300 pesos diario, para poder hacer las “chiripas” que aparezcan mientras tanto y que tienen que comer poco para que lo limitado que consigue no se acabe rápido.
Vásquez y De la Cruz expresan que no pueden dormir por las noches con tantas preocupaciones, y que su día a día empeoró luego del accidente y tras ser afectados por las lluvias del pasado 18 de noviembre.
“El agua entraba por todos lados y se nos mojó todo, el colchón y los cuadernos de la niña”, declaró.
Pese a su condición médica y a todas las adversidades económicas, Masiel muestra en cada momento una sonrisa y manifestó estar en una escuela (no especializada).
Entusiasmada contó que le va muy bien y, aunque su materia favorita es matemática, en un fututo le gustaría ser abogada.
“Masiel necesita terapias, necesita ejercicios, nosotros ahora mismo no tenemos condiciones, el espacio de la casa no es apto para la niña. Tenemos que entregar esta casa y no tenemos para dónde ir, cualquier gente que nos quiera ayudar que lo haga”, pidió el Vásquez mientras le acariciaba la mejilla a su hijastra.