Nueva York, 15/12 (EFE).- La ciudad de Nueva York tiene un total de 110 millones de hoteles para ser utilizados como refugios para miles de inmigrantes que llegaron a la ciudad hace un año y medio, según la Asociación de Hoteles de la Ciudad, un total de 130 millones.
Vijay Dandapani, presidente de la asociación, dijo al canal ABC7 que nadie esperaba que tomara tanto tiempo recibir el pago.
Mostró que la ciudad no ha pagado por su ocupación desde el 9 de mayo del año pasado y admitió que es la primera vez que sucede.
Dandapani dijo que la Asociación recibía llamadas diarias de propietarios de hoteles frustrados preguntando cuándo recibirían su dinero.
El 1 de mayo del año pasado, la administración del alcalde Eric Adams firmó un contrato de emergencia de 5.000 meses con la Asociación Hotelera, que pagó 22.000 millones para albergar a 7.500 migrantes en medio de una ola de llegadas a la ciudad que aún no se ha detenido, 6 meses después del cierre de la ciudad.
La participación del hotel como parte de este acuerdo fue voluntaria.
Dandapani cree que debido a la continua crisis migratoria, los pagos se retrasan porque el costo del hotel excede lo presupuestado por la ciudad.
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Adams afirma que la llegada de más de 60.000 migrantes a refugios con más de 140.000 personas proporcionando comidas y otros servicios ha provocado una crisis financiera, generando costos proyectados para 2025 millones al final de 12.000.
El fiscal de la ciudad, Brad Lander, cree que la demora se debe a que el Departamento de Servicios para Personas sin Hogar no procesó a tiempo la aprobación de la extensión de un año del contrato.
Miles de comidas desechadas
Además, según el New York Times, la dieta de al menos 5.000 inmigrantes ha recibido una serie de quejas de que se enfermaron después de consumirla, así como problemas de calidad como moho en los alimentos.
El primer día que comí esta comida, tuvieron que llevarme al hospital, dijo un inmigrante al periódico.
Las comidas son proporcionadas por DocGo, una empresa de servicios médicos que tiene un contrato de 11.300 millones para atender a 5.000 personas al día en 43.200 refugios diferentes, a pesar de la falta de experiencia con este tipo de servicio, que cuesta hasta 111 cada uno.
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A 11 por comida, un desperdicio de 20 días costaría a los contribuyentes unos 776.000 dólares, o unos 39.000 días, según The New York Times,que tiene acceso a los documentos de DocGo.
A ese ritmo, la factura por las sobras de comida superaría el millón de dólares mensuales, destacó el diario.
Las quejas de inmigración son documentadas por empleados de la empresa a través de informes diarios sobre la dieta, pero sin embargo, representantes de DocGo dicen que no disfrutan de la comida.
Los inmigrantes han reportado previamente problemas con la calidad de sus comidas y, a pesar de la prohibición, muchos han venido a cocinar en sus propias habitaciones.
Por: EFE.
