La Navidad es una fiesta que recuerda el nacimiento de Jesús. En la época del nacimiento de Jesús, los pastores vigilaban sus rebaños. La noche estaba llena de luz. Los pastores tenían miedo. Los mensajeros les aseguraron que el resplandor era de alegría. Oyeron voces que alababan al Creador y clamaban a la tierra por la paz.
Desde entonces, la paz se ha convertido en un sermón, una intención, un eslogan, una aspiración, expresada en oraciones y discursos, y así sucesivamente. La paz debe ser el fin, la meta y el objetivo de la acción social y gubernamental.
Más de dos siglos después, no hay paz en la tierra.
La misma región donde nació Jesús está hoy desgarrada por conflictos bélicos alimentados por la industria armamentística de los países occidentales que se enorgullecen de encarnar la civilización cristiana frente a la filosofía y la religión que emanan del mundo oriental.
La guerra en Ucrania se encamina hacia una segunda Navidad. Hay guerras en Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y Siria.
Las disputas territoriales son presagios de guerra.
Muchos países buscan el control del territorio y lo vinculan al tráfico de sustancias ilegales, dinero, armas y personas, contribuyendo a la degradación moral de la humanidad.
La paz está vinculada a la justicia: en el versículo 85:10, el salmista recita que «la justicia y la paz se besan». Otros relatos bíblicos también asocian la paz con la historia del nacimiento de Jesús.
Más de 20 países, entre ellos Haití, no cumplen unas condiciones mínimas de vida justas.
Estas injusticias atraen a los emigrantes internacionales. La migración internacional organizada es explotada por intereses políticos. En 1974, el ex presidente argelino Houari Boumediene, en un discurso ante la Asamblea General de la ONU, aludió a una yihad islámica contra Europa, declarando que «son los vientres de nuestras mujeres los que nos darán la victoria».
Sin que los países occidentales lo sepan, la migración se ha convertido en un arma de lucha. La migración está impulsada por la degradación medioambiental causada por la explotación irracional de los recursos naturales.
Las guerras internacionales están impulsadas por razones económicas, como ocurre con el petróleo en Siria, Irak, Irán y Libia.
¡Celebremos la Navidad con la esperanza de que se alcance la paz en la Tierra!