Un repartidor que esperaba la llegada del Sistema Nacional de Guardia de Emergencia (911) fue asesinado dos horas después.
La carretera de San Isidro, en el municipio Santo Domingo Este, es escenario de una ola de crímenes contra repartidores que se ganan la vida entregando mercancías y productos a domicilio.
Los delincuentes les roban los teléfonos móviles, las cargas de reparto e incluso las motos que transportan sus pedidos, y algunos han perdido la vida en el proceso de robo.
En un incidente reciente, Fernando Cabral Blanco, repartidor de Los Alcarrizos, recibió un disparo en el estómago cuando unos ladrones le atacaron con la intención de robarle la moto.
Sin embargo, el repartidor murió dos horas después mientras esperaba la llegada del Sistema Nacional de Seguridad de Emergencias (911), lo que provocó las quejas de las personas que acudieron en su ayuda.
La víctima trabajaba como repartidor en la plataforma PedidosYa.
Según informaciones preliminares, los autores no lograron llevarse su moto y huyeron, dejándolo en el lugar de los hechos.
Cabral consiguió ponerse en contacto con su familia, pero desgraciadamente murió a causa de las heridas.
Las autoridades están investigando el caso para esclarecer los hechos, encontrar a los autores y llevarlos ante la justicia.
Según un vídeo difundido en las redes sociales, varias personas presentes en el lugar de los hechos afirmaron que la Policía Nacional no permitió que fuera trasladado al hospital.
Otro incidente fue el de Eric Davison Medina, de 27 años, repartidor de Los Alcarrizos, que fue asesinado por atracadores tras salir de su trabajo a las 11 de la noche.
Ricardo Rodríguez, del Sindicato de Mensajeros de Santo Domingo, hizo un llamado al presidente Luis Abinader y al nuevo director de la Policía Nacional, mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, para que medien en la situación que enfrentan.
Según representantes del sindicato, son más de 300 y se ganan la vida repartiendo mercancías diversas a domicilio en este y otros municipios, pero no pueden trabajar ni llevar sustento a sus familias por la falta de seguridad.
Los delincuentes les roban los teléfonos móviles, los gastos de envío e incluso las motos que transportan sus pedidos.
Están acabando con la vida de gente trabajadora e inocente», afirma Freddy Zapata, repartidor de Pedidosya.
Afirma que la situación de los repartidores es especialmente difícil por la noche, ya que los delincuentes se aprovechan de ellos, y pide que se refuercen las patrullas policiales en el municipio.
También se quejó de que aunque llame al 911 en caso de emergencia, los primeros auxilios tardan mucho en llegar.
Joaquín Medina dijo que hace unos días mataron a un repartidor en la carretera de San Isidro tras robarle el motor y el teléfono celular, y señaló que los comerciantes también viven con el temor de caminar por las calles y quedarse en sus casas desde temprano.
La falta de policías en estos lugares es una queja común, dijo.
Los Guandules.
En mayo de este año, la zona de Los Guandules fue ensangrentada dos veces en menos de un mes, cuando los menores Carla Maribel (14) y Yordi Guillermo Rodríguez (13) fueron asesinados a tiros por delincuentes.
La delincuencia sigue siendo uno de los principales problemas que los afectan en este sector.