WASHINGTON (EE.UU.) – En una carta al Secretario de Estado Antony Blinken, los líderes del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes exigen una investigación pública y transparente sobre el ex diplomático que trabajó en secreto para la familia Castro durante 40 años.
De demostrarse, las acciones de Manuel Rocha constituirían una grave violación de la seguridad nacional y plantearían serias dudas sobre la eficacia de las medidas de contrainteligencia para evitar la infiltración del régimen cubano en los niveles más altos del Gobierno de EE.UU., escribieron al Secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, Michael T. McCaul en una carta enviada al Presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. Hicieron la acusación en una carta enviada a McCaul, Presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes; Mario Díaz-Balart, Presidente del Subcomité de Estado, Operaciones Exteriores y Programas Relacionados del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes; y Mark E. Green, Presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.
En la carta, los congresistas argumentan que no se puede subestimar la gravedad de la situación: durante más de 40 años, Rocha ha actuado presuntamente en connivencia con la dictadura cubana en detrimento de nuestros intereses en todo el mundo.
En concreto, se acusa al ex embajador de actuar en nombre de Cuba mientras ocupaba varios puestos clave en el Gobierno de EE.UU., entre ellos en el Consejo de Seguridad Nacional, en la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana, como embajador en Bolivia y Argentina, y como asesor del Mando Sur de EE.UU. tras abandonar el Departamento de Estado.
Los legisladores citan a Philip Lindaman, que estuvo destinado con Rocha en La Habana, diciendo que Rocha probablemente traicionó a numerosos cubanos anticastristas, en particular a activistas por la democracia y los derechos humanos que habían depositado su confianza en manos de EE.UU., durante sus destinos en La Habana y otros destinos en el extranjero. Ese es el coste real de la traición de Rocha.
El Fiscal General Merrick Garland describió el abuso de confianza de Rocha como una de las infiltraciones más extensas y prolongadas del Gobierno estadounidense por agentes extranjeros.
Manuel Rocha, que fue embajador de EE.UU. en Bolivia de 2000 a 2002, está siendo interrogado por agentes encubiertos del FBI en Miami, Florida.
Por ello, los legisladores han instado a Blinken a que aclare urgentemente el alcance total de los daños causados por las actividades de Rocha, identifique a posibles colaboradores y facilitadores, elimine sus contribuciones relativas a Cuba y sus aliados de las bases de datos diplomáticas, de inteligencia y de elaboración de políticas y, en particular, en los ámbitos de la diplomacia, la seguridad nacional y la inteligencia. Piden que se evalúe su impacto en los intereses de Estados Unidos.
Y advierten. Su posible detención, acusación y condena debe servir como recordatorio de que el régimen cubano sigue siendo una amenaza activa para nuestros intereses en el país y en el extranjero. Esperamos que presten atención a esta traición histórica y pongan fin a sus actuales esfuerzos por estrechar lazos con los tiranos de La Habana.
También esperan que Rocha pueda condenar a Ana Belén Montes (DIA, condenada), Walter y Gwendolyn Myers (Departamento de Estado, condenados), Marta Rita Velázquez (USAID, acusada y huida de EE.UU.), cinco miembros de la red WASP (condenados), Carlos &. Elsa Alvarez (profesora de la Universidad Internacional de Florida, condenada), por nombrar sólo a los últimos de una larga lista de espías cubanos que han sido retirados.
