EL PASO, EE.UU. – Un tribunal federal de apelaciones de EE.UU. ordenó el viernes al gobernador de Texas, Greg Abbott, retirar una barrera de boyas flotantes que instaló en el río Grande en julio, alegando que violaba las leyes federales que regulan la navegación.
En una decisión por 2-1, el Tribunal Federal de Apelaciones del 5º Circuito, con sede en Nueva Orleans, se mostró de acuerdo con la decisión de un juez federal en septiembre de que el llamado muro flotante con México violaba la Ley Federal de Ríos y Puertos de 1899, según argumentó el Gobierno federal Joe Biden.
La conclusión (del juez federal) de que el muro flotante interfiere con la navegabilidad del Río Grande está respaldada por las pruebas.
Tras el revés del viernes, el gobernador Abbott puede solicitar una nueva audiencia de los 17 jueces del Tribunal de Apelaciones del 5º Circuito y, si ésta le es contraria, puede apelar la decisión ante el Tribunal Supremo Federal.
La orden de Abbott de instalar un muro flotante en el río Grande, a la altura de Piedras Negras, fue considerada por México como una violación de al menos dos convenios internacionales y ha sido criticada por los grupos proinmigración como una medida que amenaza la vida de los inmigrantes ilegales.
En la sentencia del viernes, el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito examinó los problemas que la colocación de las boyas flotantes plantea para las relaciones bilaterales con México, en particular a la hora de gestionar las negociaciones sobre la asignación del agua de los ríos fronterizos.
En concreto, la decisión de 44 páginas detalla cómo la rama mexicana de la Comisión Internacional de Aguas Fronterizas (IBWC) entre EE.UU. y México se retiró de participar en una reunión del 24 de julio sobre el reparto de agua en el río Conchos ante la instalación del llamado muro flotante por parte del Estado de Texas señala el informe.
El muro flotante de 303 metros de largo frente a la ciudad texana de Eagle Pass se convirtió en una molestia para México después de que un estudio de la CILA revelara que el 79% de las barreras de boyas flotantes se encontraban en la mitad mexicana del Río Grande.
El gobernador Abbott ha argumentado ante los tribunales estadounidenses que la barrera flotante, junto con otras políticas duras contra la inmigración ilegal, es esencial como elemento disuasorio contra los altos niveles de inmigración ilegal. Los opositores, por su parte, sostienen que la barrera no tiene ningún efecto disuasorio.
En agosto de este año, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México confirmó el hallazgo de dos cadáveres en el tramo del río Bravo donde se encuentran las boyas, lo que pone de manifiesto el grave peligro que supone para los migrantes cruzar el río debido a la combinación de pinchos metálicos entre las boyas.