Economicas

Soluciones al problema de la falta de resultados políticos

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Alguien intentó llamarme la atención sobre mi sugerencia de que deberíamos hacer algo así. Sobre todo cuando se trata de los políticos, porque si no están dispuestos a hacerlo, no pueden hacer .

Alguien intentó llamarme la atención sobre mi sugerencia de que deberíamos hacer algo así. Sobre todo cuando se trata de los políticos, porque si no están dispuestos a hacerlo, no pueden hacer nada. Después de los desastres causados por los fenómenos atmosféricos de las últimas semanas, han pedido, al menos en el Gran Santo Domingo, soluciones para los tan cacareados sistemas de alcantarillado y evacuación de aguas pluviales, olvidando, en particular, lo que dijo un famoso dirigente político.

Pero, como dijo el gran Napoleón, la ambición no se detiene cuando alcanza su cima. Nos encontramos con gente absurda que no son ingenieros, pero que sobre todo consiguen contratos para construir carreteras, y cuantos más sedimentos retiren, mejor. Les obligan a cambiar la dirección de carreteras ya planificadas o les devuelven beneficios sólo para su propio beneficio. Por otra parte, algunos de ellos incluso se involucran en cuestiones delicadas como la seguridad vial.

Tal vez en esta dirección se originó la catástrofe que sufrimos no hace mucho. Sin profundizar demasiado, sólo pensándolo, todo lo que se desprende de esta situación, empezando por el comportamiento de esos pobres padres que convierten sus patios delanteros y traseros en vertederos, ya sean políticos o económicos, es el vómito, el asco, lo repulsivo, lo criminal, lo abusivo, lo repugnante, lo criminal, lo abusivo, lo criminal, lo abusivo y pura inmundicia.

Pero probablemente Demócrito tenía razón cuando decía que cuando el mal se convierte en ejemplo y el bien en burla, todo está perdido. Pero al final se ha convertido en una vil ramera y sólo sirve para los que quieren satisfacer sus ambiciones personales.

Y es posible que tengan razón. Porque frente a las acciones de un pequeño grupo de respetables criminales que han esclavizado a este pueblo con su insaciable deseo, aparecerá Lembo Karembo y asumirá la responsabilidad que le corresponde.

Pero aunque no hay motivos para esperar, no debemos perder la esperanza. El sistema político actual, no sólo en nuestro país, exige que la mayoría pacte con los intereses de la minoría para poder gobernar. La minoría, que a su vez constituye la mayoría, gobierna porque sólo busca satisfacer sus ambiciones personales explotando a la mayoría, que parece más bien un toro al que se tira de las narices, tanto en el pensamiento como en la acción.

¿Hasta cuándo seguirá el Estado siendo desangrado por las diversas mafias que reinan en el país, aunque nadie quiera reconocer su existencia? ¿Hasta cuándo los políticos seguirán dividiendo el país en secciones y fomentando el crecimiento desmesurado de los parásitos sociales? La única solución posible es que el gobierno entrante (que no será reelegido en las elecciones del 28) abandone todas las promesas de partidos políticos y políticos y se concentre en trabajar por el bienestar del pueblo como debe ser y deje de lado a los parásitos cuya única función es chupar la sangre del Estado. ¡SÍ!

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