Salud

Universidad reanudada 1914. ( II )

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Antes de proseguir, debo informarles sobre los exámenes que realicé a finales del año académico 1915, cuando cursaba el segundo año. Las asignaturas eran Anatomía, Bacteriología, Fisiología y.

Antes de proseguir, debo informarles sobre los exámenes que realicé a finales del año académico 1915, cuando cursaba el segundo año. Las asignaturas eran Anatomía, Bacteriología, Fisiología y Propedéutica Médica.

El jurado estaba compuesto por el Dr. Rodolfo Presidente Koisko (Anatomía), Dr Salvador B. Gauthier (Propedéutica) y Dr Aristides Fialo Cabral (Bacteriología y Fisiología). Mi nota fue buena. Sería difícil hablar de los exámenes, que eran orales, ya que no había anécdotas memorables que contar. Estábamos en plena guerra en Europa y no éramos conscientes del cambio de época. …… hasta que comenzó la ocupación estadounidense.

Los hospitales de la época ofrecían lo que se conocía como tratamiento ambulatorio de heridas, úlceras y esfacelos. Se utilizaban inyecciones subcutáneas, musculares y más tarde intravenosas. Se dilataban los abscesos y también se atendía a los pacientes con problemas en las vías urinarias, frecuentes en aquella época. Todos los pacientes que podían entrar y salir eran ambulatorios. En el Padre Birini había instalaciones para analizar la orina con los reactivos de Eschenbach, pirocítrico y Töhring. De este modo, se podía comprobar la presencia de albúmina y glucosa (azúcar) en la orina. Según uno de sus mentores, la presencia de albúmina en la orina es más peligrosa que la de glucosa.

El licor de Van Sweten (bromuro de mercurio 1 x 1000, teñido de rosa) se utilizaba en muchos medicamentos tópicos, mientras que el aceite fenilado y el yodoformo se empleaban para las fístulas. El peróxido de hidrógeno, sin embargo, se utilizaba con moderación (sin tener en cuenta el precio). Se disponía de algodón hidrófilo y varios tipos de gasas en envases estériles. Bajo la dirección del Dr. Arturo Grullón, la esterilización en autoclave era de uso común. Los materiales se colocaban en grandes bidones o botes la víspera de la operación programada por el cirujano. (9) La esterilización con alcohol se utilizaba habitualmente para el instrumental. El cloroformo se utilizaba para las máscaras intravenosas. El cloruro de etilo también se utilizaba para operaciones cortas.

Para el éter, se utilizaba un dispositivo ombredan que utilizaba vejigas de cerdo. Sin embargo, las muertes eran poco frecuentes. Se decía que el éter provocaba neumonía. En Padre Birini, el Dr. Ramón Báez fue visto varias veces amputando miembros. Era muy hábil. El Dr. Romain era anestesista. El Dr. Manion hacía bien las hemorragias internas.

En el hospital militar, el Dr. Grullon recurría a un anestesista especialista que no estaba claramente identificado. Las teorías descritas en los libros de fisiología podían ponerse a prueba en cada caso. Los pequeños cambios y las molestias inesperadas se superaban rápidamente con la experiencia.

Las visitas a las salas se sucedían para conocer las órdenes y la evolución de los casos. Sin embargo, los historiales médicos eran desoladores. No había nada que encontrar. En cambio, en el ambulatorio siempre había oportunidad de ver a los pacientes, escuchar sus quejas, escribir recetas y hacer que el médico que los atendía las firmara.

El yoduro de potasio, la quinina, el sulfato, el clorhidrato y las sales de enquinina se prescribían con frecuencia. Lo mismo ocurre con los preparados tónicos, antidiarreicos y antidiarreicos. Las sales de Epsom y el aceite de ricino eran purgantes. Los estetoscopios escaseaban, por lo que la tensión arterial se medía en el brazo y también se utilizaban paños de exploración para la auscultación. A veces, a primera hora de la tarde, iba al laboratorio para examinar al paciente con un microscopio de campo oscuro. El Dr. Defilo le proporcionaba lámparas de calcio y alcohol.

Así era la vida de un estudiante de medicina a principios del siglo XX.

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