Ante una oposición casi generalizada que cuestiona parte de lo dispuesto en la ley 1-24, denunciada como un ataque a los derechos fundamentales, el presidente Luis Abinader ordenó iniciar un diálogo con sectores que se han pronunciado sobre el tema. , y opinó que había confusión en su interpretación. Es muy positivo que haya reaccionado de esta manera porque, como cree el presidente, es propio de los gobiernos democráticos promover el diálogo para esclarecer inquietudes sociales, criterio del que doy fe, creemos firmemente que, a través de la búsqueda de consensos, la democracia también expresado.
en diferencia. La Asociación de Prensa Dominicana, reunió hoy a sus representantes con el director de la Dirección de Investigaciones Nacionales (DNI), en respuesta a lo propuesto por el Presidente de la República, enfatizando en particular los artículos 9, 11 y 26, y su posible impacto. en los ámbitos de la libertad de prensa, el derecho a la intimidad y el secreto profesional.
En este sentido, reconocidos juristas y organizaciones profesionales, religiosas y de la sociedad civil coinciden en el peligro de adoptar una ley que, con sus aspectos vagos y confusos, puede vulnerar sus debilidades e incluso dar lugar a situaciones de intolerancia y coerción. Con una actitud abierta a volver a discutir una ley aprobada por una mayoría de legisladores de todos los partidos (120 votos a favor, incluidos 36 votos del PLD y Fuerza del Pueblo, y sólo 2 votos en contra), el presidente Abinader, luego de su promulgación, no lo que otros habrían asignado a asesores o funcionarios subordinados. Esta es una cualidad innegociable, porque al presidente le gusta abordar ciertos temas, por delicados que sean, de una manera personal, abierta y directa.
En el caso de las conversaciones en torno a las cuestionables disposiciones de la Ley 1-24 de la Société des Journals, esperamos que, precisamente por el celo del presidente por los medios de comunicación, la importancia que le da al gobierno su dedicación a la prensa y la libertad de expresión y su voluntad reafirmar su vocación democrática. Y espero que también sean escuchadas las preocupaciones de diversos sectores que advierten en esta ley contra aquellos elementos que vulneran los derechos protegidos por nuestra Constitución, y que pueden retrotraernos a la época oscura que tuvo la suerte de pasar en la sociedad dominicana.