Después del ataque de Hamás el 7 de octubre que mató a 1.200 personas, el ejército israelí lanzó un ataque en Gaza, matando a casi 26.000 palestinos y provocando una crisis humanitaria sin precedentes. Estados Unidos afirmó el viernes que las acusaciones de genocidio israelí en Gaza son infundadas, después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenara al Estado de Israel tomar medidas inmediatas para detener la matanza de Palestina en la Franja de Gaza. ‘Seguimos creyendo que las acusaciones de genocidio son infundadas y queremos enfatizar que la Corte no llegó a ninguna conclusión de genocidio’, dijo a los periodistas un portavoz del Departamento de Estado, ni pidió un alto el fuego en su decisión.
La misma fuente señaló que Estados Unidos siempre ha dejado claro que, como ha dicho la CIJ, Israel debe tomar todas las medidas posibles para minimizar los daños a los civiles y aumentar el flujo de ayuda humanitaria. También señaló que la decisión de la Corte era consistente con la posición de Estados Unidos de que Israel tiene derecho a tomar medidas para garantizar que los ataques de Hamas del 7 de octubre no se repitan y pidió la liberación de todos los rehenes de forma inmediata e incondicional. El portavoz diplomático estadounidense aseguró que su país reconoce que la Corte Internacional de Justicia juega un papel importante en la resolución pacífica de disputas.
‘Continuaremos siguiendo este proceso a medida que se desarrolle’, dijo. La CIJ, con sede en La Haya, emitió el viernes medidas preventivas contra Israel, pidiendo medidas inmediatas y efectivas para detener el genocidio en Gaza y castigar cualquier incitación a la destrucción, en respuesta a las acusaciones de Sudáfrica. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que las acusaciones de genocidio contra Israel no sólo eran falsas sino también escandalosas, y celebró que el tribunal no ordenara un alto el fuego.
Hamás acogió con agrado la decisión de la CIJ y la consideró un avance importante que ayudaría a aislar la ocupación (israelí) y exponer sus crímenes en Gaza. Después del ataque de Hamás del 7 de octubre que mató a 1.200 personas, el ejército israelí lanzó una ofensiva militar en Gaza que dejó casi 26.000 palestinos muertos y una crisis humanitaria sin precedentes. Estados Unidos apoya la guerra de Israel contra Hamás y ha vetado las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que piden un alto el fuego, al tiempo que pide al gobierno israelí que minimice las víctimas civiles.