Brasilia, 31 dic (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, celebra un año de toma del poder con la economía en pie, el país vuelto a todos los foros globales y, sobre todo, a la democracia y a un entorno político interno pacífico. El ataque simultáneo a la sede del presidente, la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo el 8 de enero fue considerado el ataque más brutal a la democracia desde el golpe militar de 1964 por parte del Ministerio de Justicia, que procesó a unos 2.000 extremistas y condenó a 20 a penas de prisión. prisión. hasta 17 años de prisión. Pero la violencia de estos disturbios tuvo un efecto boomerang y provocó que la extrema derecha quedara desacreditada y obligada a acudir a los tribunales. Muchos partidos conservadores se unieron para defender la democracia y algunos se convirtieron en miembros del gobierno de Lula, lo que les abrió espacio en su amplia y pragmática coalición. Una vez que se normalizó esta política, el gobierno obtuvo apoyo para reformas económicas liberales, recuperó la asistencia social, continuó protegiendo la Amazonía y sus pueblos indígenas y reconstruyó la imagen externa de Brasil. El regreso al mundo El principal objetivo de política exterior de Lula en 2023 es recuperar la presencia del país en el mundo y acabar con la fuerte ideología que Bolsonaro impuso en su política exterior. Algunas de sus primeras decisiones fueron reintegrar a Brasil a la Unión de Estados Suramericanos (Unasur) y a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Colac), y restablecer las relaciones con Venezuela, que habían sido congeladas por Bolsonaro. Con una ambiciosa propuesta para retomar la integración regional, abandonada por muchos gobiernos conservadores desde 2019, Lula convocó a dos cumbres entre líderes de América del Sur y países amazónicos, en las que se dejan de lado las diferencias ideológicas. El primer resultado es un sólido plan de integración física en América del Sur, con el apoyo financiero de los mayores bancos de desarrollo regionales, comprometiendo 10 mil millones de dólares. Pero la agenda externa fue más allá y abarcó al mundo entero. Lula visitó un total de 24 países, en 15 viajes que duraron casi 70 días fuera de Brasil y lo llevaron a África, América, Asia y Europa. «Viajo demasiado, pero tengo que hacerlo para mejorar la imagen del país», declaró la semana pasada, señalando que Brasil ostenta ahora la presidencia anual del G20, que reúne a importantes países del mundo. economías globales. Aun así, todavía quedan preguntas sin respuesta. En primer lugar, la firma del acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea (UE), se está retrasando pese a que apuestan fuerte por ella en el segundo semestre del año, cuando Brasil ostente la presidencia del bloque sudamericano. El otro, que trata del nuevo presidente argentino, Javier Milei, que es extremadamente cercano a Bolsonaro y a cuya toma de posesión Lula decidió no asistir, a pesar de la importancia del país vecino para Brasil. Fortalecer la recuperación económica con enfoque en el entorno social. Lula dijo que 2023 es el momento de plantar y reconstruir y espera una buena cosecha en 2024, especialmente en lo económico. Este año, con el impulso estatal a la economía, se estima que Brasil ha crecido casi un 3%, a pesar de todas las previsiones de un magro 0,6%. Este resultado se produjo con una inflación controlada en torno al 4,5%, los tipos de interés reducidos al 11,7% y el desempleo por debajo del 8%. Para 2024, el gobierno espera un crecimiento del 2,5%, aun cuando el mercado y las organizaciones internacionales esperan un crecimiento del 1,5%. La principal herramienta para el próximo año será un plan integral de infraestructura, que tendrá un fuerte enfoque en el medio ambiente, la inversión estatal y estará abierto al capital privado nacional y extranjero. La prueba decisiva para el gobierno será cumplir su compromiso de alcanzar un déficit neto cero para 2024, un objetivo que ha sido muy bien recibido por los mercados, pero que muchos analistas consideran casi imposible. Esto dependerá en primer lugar de la continuidad de la recaudación tributaria, que es resultado de una profunda reforma fiscal aprobada este año y que entrará en vigor progresivamente hasta 2033.
El primer año de Lula: reconstrucción, regreso al mundo y democracia pacífica
Brasilia, 31 dic (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, celebra un año de toma del poder con la economía en pie, el país vuelto a todos los foros globales y, sobre todo, a l.