Internacionales

En memoria de Hans Dannenberg: un gran diplomático

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Desde mi primera participación en el Modelo de Naciones Unidas, he encendido una pasión incomparable por las relaciones internacionales. Sólo tengo 12 años. Me fascinan las banderas, los mapas y.

Desde mi primera participación en el Modelo de Naciones Unidas, he encendido una pasión incomparable por las relaciones internacionales. Sólo tengo 12 años. Me fascinan las banderas, los mapas y, de alguna manera, siempre disfruto conocer a un extraño. Estas fueron las cualidades características de Frank Hans Dannenberg Castellanos, destacado diplomático dominicano, quien desde temprana edad mostró su inclinación por la diplomacia. Es evidente que este y otros aspectos nos han acercado más en los últimos años. Lo conocí personalmente en plena transición de gobierno, cuando el Canciller Roberto Álvarez lo invitó a participar en las discusiones, dada su amplia experiencia, excelente reputación profesional y conocimiento del mundo de la diplomacia. Conocía su carrera, pero no su vida personal, caracterizada por la calidad humana, la dedicación a las personas, el desapego de las cosas materiales, la resolución patológica de problemas y la obsesión, su excesiva imagen de lograr la máxima eficiencia en el trabajo. Estos rasgos son notables en él, de lo que me di cuenta el tercer día de la reunión del Comité de Transición del MIREX, cuando le pedí que me contara sobre sus 14 años de experiencia como embajador comunista de la República de Dominica en su India y que tuvo éxito. ambos estimulantes, tanto a nivel personal como profesional. Hans y yo nos hicimos grandes amigos. Hablamos casi todos los días. Fue para mí un verdadero maestro, cuyas recomendaciones y consejos me permitieron comprender, con una perspectiva más amplia, el funcionamiento del Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano. El sudeste asiático es otro tema frecuente en nuestras largas conversaciones, ya que nos inspiramos en líderes similares. Diálogo interminable sobre la disciplina y el modelo de liderazgo de Lee Kuan Yew, ex Primer Ministro de Singapur. Aunque debo admitir que Hans tiene más afinidad con Deng Xiaoping, el artífice de la iniciativa de reforma y apertura que logró la transformación económica de la República Popular China. De manera similar, Mahatma Ghandi influyó en su estilo de vida; Esta forma pacífica de resolver el problema la desarrolló durante su labor diplomática en la India. Nadie puede ni querrá decir que Hans se haya vengado de nadie; La nobleza de su corazón y de su mente se lo impidió. Siempre me sorprende la coincidencia de nuestras ideas. Un enfoque profesional también es un tema común, no sólo en la visión sino también en la práctica. Además, su esposa siempre me dijo que yo era el hijo mayor de Hans. Para Hans, el diplomático profesional debe centrarse en los resultados, pero al mismo tiempo, como siempre me recuerda un amigo en común: los resultados son tan importantes como el proceso. Para Hans, el sacrificio es una herramienta esencial para el éxito; Por ello, era un acérrimo admirador de Thomas Jefferson. También ambos compartimos la visión de que la política exterior de una nación moderna debe responder a sus prioridades sin ignorar las oportunidades. Por lo expuesto anteriormente, esta es una de las principales razones por las que Hans sueña con servir en África y convertirse en un eslabón en la necesaria expansión de la presencia dominicana en el continente oye, porque actualmente República Dominicana solo cuenta con tres embajadas en África: Egipto, Marruecos y Sudáfrica. Hans es esencialmente un africanista. Mi querido Hans, un solo artículo no alcanza para expresar todo el cariño, admiración y respeto que nuestro Ministerio, la Cancillería dominicana y este servidor tienen por usted y por el gran legado que ha construido. No hay duda de que usted ha grabado su nombre en la historia diplomática de la República Dominicana con tinta indeleble. En respuesta a la triste noticia de su prematuro fallecimiento, me comprometo a seguir trabajando duro para hacer realidad nuestros sueños; sigan contribuyendo, desde el espacio en el que nos encontramos, a la transformación de esta actividad que tanto amamos y a la que habéis dedicado los mejores años de vuestras vidas sin siquiera daros cuenta. Reservado, por esta maravillosa vocación y esta profunda vocación de servicio que has demostrado hasta el final, el último día de tu vida. Gracias por hacerme parte de tu familia, presentarme a tu maravillosa esposa y dejarme con tus hijos como hermanos de por vida. Te quiero mucho, grandullón. Un día los llevaré al paraíso, a los equipos de La Libanesa que tanto amamos. Descansa en paz, mi querido amigo.

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