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Globos inundan Londres en un experimento multisensorial sobre las emociones humanas

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La pasividad de otras exposiciones de arte no la comparte este museo, que destaca la interactividad con la mayoría de sus obras.

Londres, 27 enero (EFE).- Globos llenan las orillas del río Támesis en Londres en la exposición interactiva “Emotionaire”, donde más de 20 artistas reflejan las emociones humanas a través de estructuras inflables. La portavoz de EFE, Giulia Francescangeli, afirmó que tres millones de personas en todo el mundo se enamoraron del Museo del Globo, donde los adultos pueden volver a ser niños y donde los más pequeños pueden vivir una experiencia completa y única gracias a su arte e imaginación. Este museo único está abierto hasta el 18 de febrero en el edificio Old Billingsgate Victoria, lo que permite a los visitantes interactuar con muchas de las obras del museo, algunas de las cuales son exclusivas de Londres, en comparación con obras anteriores expuestas en otras ciudades, como Madrid, París o Nueva York.

York. La pasividad de otras exposiciones de arte no la comparte este museo, que destaca la interactividad con la mayoría de sus obras. La interacción es la base de nuestro proyecto”, subraya Francescangeli.

Perderse en un laberinto de globos en “Cubic Abyss”, reventar pompas de jabón en “Black Hole Horizons” o jugar con telarañas multicolores con sensación gelatinosa en “Kaleidoscope” son algunas de las experiencias. Su producto estrella, utilizado en todos los destinos que visita el Museo del Globo, es el globo-tanque gigante, que para la ocasión lleva por nombre “Super Sensación”. El amarillo llena la habitación y evoca “emojis” (pequeños personajes utilizados en las redes sociales para expresar emociones) al tiempo que proporciona una experiencia multisensorial en la que las personas pueden sumergirse literalmente.

Las burbujas son un denominador común en la veintena de salas que componen el museo, pero las emociones que emergen variarán a medida que camines por el edificio victoriano. Un ejemplo de esta variedad es la pieza “De alguna manera no me siento cómoda”, en la que, con globos rosas con forma de conejo, la japonesa Momoyo Torimitsu expresa su frustración por el pedido de adaptarse a los estereotipos femeninos. de un mundo patriarcal.

El museo tiene un espacio dedicado al ‘Caos sincrónico’ de la española Miranda Makaroff, en el que un pasillo interminable de figuras inflables que cambian de color refleja la complejidad interna de la mente humana. Cada artista representa una cultura diferente y quiere evocar una emoción diferente, explica Francescangeli. Por ejemplo, la ira.

El diseñador Motomichi Nakamura enfrenta a los participantes con balas de cañón y los reta con caras enojadas. Ante la desaprobación de los peluches inflables de Torimitsu y el enfado de Nakamura, podemos experimentar la alegría despreocupada de las lunas eléctricas de Christopher Bauder, que bailan al ritmo de la música.

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