Washington. Miles de activistas antiaborto desafiaron el viernes la nevada en Washington para advertir a los republicanos que la cuestión determinará sus votos en las elecciones presidenciales de noviembre. Los manifestantes gritaron que el aborto mata, muchos de ellos muy jóvenes.
Otros sostenían cruces o pancartas exigiendo más niños. Los provida, como se autodenominan, obtuvieron una victoria histórica en junio de 2022, cuando la Corte Suprema anuló un fallo que había garantizado el derecho al aborto de las mujeres estadounidenses desde 1973 y otorgaba a cada estado la libertad de legislar sobre la materia. Desde entonces, las batallas legislativas y legales se han multiplicado.
Hasta ahora, en referendos y votaciones celebradas a nivel local, han ganado aquellos que apoyan la protección del derecho al aborto. Julie, una manifestante de Nueva Jersey de 45 años que no quiso dar su apellido, admitió que todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Según ella, su facción no sólo debe continuar con la educación sobre el aborto, sino que los Estados también deben brindar apoyo, especialmente financiero, a las mujeres embarazadas.
Los organizadores de la Marcha anual por la Vida dicen que el objetivo no es sólo cambiar las leyes a nivel estatal y federal, sino también cambiar la cultura para que el aborto sea finalmente impensable. Hey, republicanos, votamos por la vida primero, se leía en una gran pancarta desplegada en el mitin, advirtiendo a la derecha que no ceda en un momento en el que, hasta ahora, la defensa del aborto ha demostrado ser una estrategia ganadora para los demócratas. El aborto es uno de los temas clave de la campaña presidencial, y la vicepresidenta de Joe Biden, Kamala Harris, planea una gira por el país para defender el derecho a interrumpir voluntariamente el embarazo.
Desde que se derogó el mandato federal sobre el aborto, muchos estados lo han restringido severamente o incluso prohibido, y miles de estadounidenses se han visto obligadas a realizar costosos viajes para abortar.
