El problema es simple. Es difícil aceptar que otros hayan llevado al éxito lo que nosotros hemos llevado, si no al fracaso al menos al estancamiento, al presente, a promesas prometidas, reprometidas y nunca cumplidas. ¡Extrañar!
Pedernales, su dramática belleza, sus hermosas singularidades, sus tesoros ambientales, sus templos ecológicos y su pobreza (¡ay! su pobreza), siempre ha estado ahí. Los que no estuvieron allí fueron gobiernos que fueron tímidos a la hora de promover, facilitar, encontrar aliados, asumir riesgos y salir con una nueva capa de pintura y grúas todavía en funcionamiento.
Las personas que no estuvieron durante esos años (y si lo estuvieron no se hubieran atrevido), fueron empresarios locos como Frank Rainieri y sus amigos en Punta Cana, para quienes nunca todo fue necesario, de lo probable a lo posible, y ahí miente la verdad. El pedernal verde de Águilas y Pelempito, soleado, vasto, virgen. Pedernales sigue ahí.
Los que no estuvieron fueron gobiernos de todos los colores hasta 2020. Durante los últimos 20 años, hemos visto a Dionis Sánchez –el actual senador de Pedernales que representa a Fuerza del Pueblo– pelear con sus colegas de partido y gobierno, negándose a emular al Maestro Sabina al poner las palabras en acción. ¡Qué demagogia!
Todo lo que ha sucedido y sucederá en el suroeste de nuestro país en los próximos años (así como lo que se está construyendo en Montecristi) será una gran obra por la justicia social del actual gobierno, con el turismo, la cultura, la energía, el transporte y la ecología como pancartas. Este país debe ser mejor que Santo Domingo y Santiago. Este sigue siendo nuestro agradecimiento al senador Sánchez, quien, durante los actos de bienvenida a la primera excursión, resistió la tentación de ceder a la mezquindad propia de los actores políticos del ámbito nacional y, honorablemente (no como senador sino como buen ciudadano).
) se apoyan en pancartas políticas y otros ejemplares escépticos. La desigualdad y el abandono social se afrontan con trabajo, recursos, solidaridad, buenos modelos, creatividad, talento… y oportunidades, oportunidades hay muchas.
. Fue necesario que un poeta (el Apóstol Martí) lo dijera para que podamos citar a principios de este año el horno de la elección, los olvidos cínicos, las promesas vacías y casi todas las mentiras… la mejor manera de decirlo es hacerlo.
¡Bien por usted! (El vino pasa por la casa).