Muchos productos químicos que se utilizan a diario en el hogar contienen sustancias tóxicas, reactivas, corrosivas, explosivas o inflamables que son peligrosas para la salud humana y el medio ambiente. Estos químicos se encuentran en detergentes, desinfectantes y otros productos de limpieza, pinturas, juguetes, materiales de construcción, telas e incluso maquillaje.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la seguridad química involucra muchos factores científicos y técnicos como la toxicidad, la ecotoxicología y los procedimientos de evaluación de riesgos químicos que requieren un conocimiento detallado de la exposición y los efectos biológicos.
Sin embargo, la agencia dijo que sólo hay datos disponibles sobre una pequeña cantidad de exposiciones a sustancias químicas y que las personas están expuestas a más sustancias químicas cada día.
Lo ideal es que los usuarios conozcan claramente la composición química de cada producto que utilizan y sigan cuidadosamente los procedimientos de uso indicados en la etiqueta.
A pesar de ello, muchos productos artesanales muy utilizados todavía se producen, venden y consumen sin tener en cuenta este rigor.
Conozcamos algunos de ellos y consideremos sus aplicaciones más seriamente en el futuro. Lejía (hipoclorito de sodio). Se utiliza para limpiar y desatascar tuberías así como para quitar manchas.
Es una combinación de hidróxido de potasio, ácido sulfúrico y ácido clorhídrico (ácido muriático). Es un producto corrosivo para la piel. Esto puede provocar quemaduras, daños en los ojos, malestar estomacal y vómitos.
En el medio ambiente, es un contaminante del agua. Lavadora. Muchos detergentes para platos contienen fosfatos y cloro, sustancias químicas que provocan problemas respiratorios e irritación de la piel.
Los fosfatos también contaminan el agua. Limpiador de hornos. Muchos están hechos con lejía.
El uso excesivo puede afectar los pulmones, llegando incluso a provocar asfixia. Estos son contaminantes del ozono. ¿Usas Arizolin?
El hidróxido de sodio, hidróxido de sodio o hidrato de sodio, también conocido como sosa cáustica o sosa cáustica, es un hidróxido cáustico utilizado en la fabricación de papel, detergentes y tejidos.
Con él se produce el popular desinfectante Arizolín, muy utilizado en el país para la limpieza de sanitarios, entre otros. El contacto y contacto con esta sustancia provoca quemaduras, irritación y úlceras en la piel; insuficiencia respiratoria y si se ingiere causará problemas graves en la garganta, el estómago y los intestinos.
cloro líquido. El contacto directo puede causar irritación de garganta, nariz y ojos; En niveles elevados, puede alterar la respiración y causar daño pulmonar. Muerte para los ratones.
Muchos pesticidas utilizados para matar ratas y cucarachas contienen cianuro, talio, carbonato, organofosforados y estricnina. Estos compuestos químicos pueden provocar cáncer y problemas respiratorios, además de contaminar la capa de ozono. Formalina.
El formaldehído está presente en muchos productos. Es muy volátil. Las personas con asma deben evitar la exposición a este compuesto químico.
Las complicaciones por tragar pueden provocar la muerte. Productos para el cabello. El amoníaco, la naftaleno, los disolventes de percloroetileno y las fragancias sintéticas utilizadas en la preparación de champús pueden provocar mareos y náuseas.
Etanol. Beber alcohol medicinal, etanol o alcohol etílico puede provocar problemas hepáticos, náuseas y vómitos. Dominio.
La presencia de plomo en polvos religiosos, cosméticos, pinturas, esmaltes, plomería, agua y alimentos contaminados constituye un peligro para la salud. Una vez dentro del cuerpo, el plomo se distribuirá a órganos como el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos.
Se deposita en dientes y huesos, donde se acumula con el tiempo.
La OPS advierte que el plomo almacenado en los huesos puede circular en la sangre durante el embarazo, lo que genera riesgos para el feto. Crema aclaradora de la piel. Algunos pueden contener mercurio, un elemento muy tóxico que se absorbe fácilmente a través de la piel.
¿Quieres saber más? La Organización Mundial de la Salud (OMS) proporciona Guías de Salud y Seguridad (HSG) que brindan información concisa, utilizando un lenguaje no técnico, para quienes deben tomar decisiones sobre riesgos para la salud. .