Después de tres años de cierre, la Sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes reabrió este fin de semana con una tarifa de adaptación gratuita del clásico Tartufo de Molière. La producción está dirigida y adaptada por la reconocida artista y dramaturga dominicana radicada en París Licelotte Nin. Mientras que Fausto Rojas, director de la Compañía Nacional de Teatro, está a cargo de la producción.
En las funciones de viernes, sábado y domingo, la producción Tartufo en la Sala Máximo Avilés Blonda cautivó al público con poderosas actuaciones de Gilberto Hernández, Yamile Scheker, Cindy Galán y Orestes Amador. Con ellos estuvieron Cristela Gómez, Johanna González, Alejandro Moss, Maggy Liranzo, Ilya Aponte y Francys Frica. La trama de Tartufo gira en torno a Lady Orgon, quien recibe en su casa a Tartufo, un falso predicador y embaucador, en busca de redención.
La historia se desarrolla entre las extravagantes exigencias de Tartufo y la rebelión de la familia de Orgon. Principalmente contra las doctrinas impuestas por este impostor. La obra ofrece una historia rica en pérdidas y engaños.
Y, en última instancia, colocó a la Sra. Orgon en un camino lleno de desafíos y descubrimientos. Cerrada desde hace varios años, la sala Máximo Avilés Blonda gestionada por la Dirección General de Bellas Artes cuenta ahora con un nuevo sistema de climatización que cubre todo el gran y magnífico Palacio de Bellas Artes.
Se trata de una nueva etapa para este espacio cultural tras su renovación y reapertura en 2008. La Sala Máximo Avilés Blonda fue inaugurada junto al Palacio de Bellas Artes el 15 de mayo de 1956. La calidad de su presentación artística, capacidad y grandiosidad del espacio la han convertido en la principal sala de espectáculos de la República Dominicana.
Esto sucedió hasta la inauguración del Teatro Nacional en 1975.