MIAMI, Estados Unidos. – Este martes, Cuba enfrentará cortes de energía eléctrica en cerca de 1/3 de su territorio debido a incidentes y trabajos de mantenimiento en centrales eléctricas, así como a limitaciones de fuentes de combustible, informó la Unión Eléctrica (A). De esta manera, el país pasará el quinto día consecutivo -desde el viernes- con cortes de energía en al menos un tercio del territorio nacional, principalmente en horas de la tarde, cuando la demanda energética alcanza su máximo.
Esto significa que alrededor de un tercio de la demanda -una de cada tres bombillas- no se puede satisfacer cuando la demanda energética es mayor: por la tarde, cuando los cubanos regresan del trabajo, analizó la agencia EFE. Aunque la situación energética de la isla ha dado signos de estabilización en los últimos meses, tras sortear un periodo crítico en los veranos de 2021 y 2022, el inicio del nuevo año ha provocado que la capacidad de producción ‘energética’ se reduzca significativamente. Según estimaciones de la UNE, en el horario de mayor consumo de la tarde y noche de este martes se espera que la producción energética alcance los 1.975 megavatios (MW) frente a una posible demanda de hasta 2.880 MW, lo que lleva a que el déficit energético sea de 905 MW y el impacto efectivo es de 975 MW durante estas horas críticas.
La infraestructura eléctrica de Cuba se encuentra en grave estado de deterioro, con frecuentes incidentes en centrales eléctricas en ruinas debido a la falta de inversión sostenida y mantenimiento adecuado. Además, las importaciones de combustibles esenciales disminuyeron por falta de divisas. Para solucionar estas deficiencias, el gobierno de la isla ha tenido que alquilar en los últimos cinco años hasta siete centrales eléctricas flotantes a la empresa turca Karpowership.
En los últimos años, los cubanos han experimentado con frecuencia cortes de energía debido a la grave crisis energética que enfrenta el país. El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de la isla enfrenta desafíos debido a una infraestructura de generación y distribución obsoleta, junto con déficits de mantenimiento e inversión. Las centrales térmicas que llevan en funcionamiento una media de 40 años suelen fallar.