Ciudad del Vaticano.- El Vaticano aclaró hoy que la bendición de parejas del mismo sexo o en estado irregular, autorizada recientemente por un polémico documento, no sería litúrgico ni ritualizado y esto no lo justificaría. En respuesta a las dudas de numerosos obispos y miembros del clero, el ex Santo Oficio aclaró: – La declaración incluye una propuesta de una breve y sencilla bendición pastoral (no litúrgica ni ritualizada) para las parejas irregulares (no casadas), -él afirmó. Le puede interesar: El Vaticano acepta la bendición de parejas del mismo sexo sin considerarlas matrimonios Estas bendiciones pastorales, a diferencia de las bendiciones litúrgicas o ceremoniales, deben ser ante todo muy breves.
El Catecismo de la Fe añade un ejemplo de bendición pastoral cuando el sacerdote ora Señor, por favor mira a tus dos hijos, dales salud, trabajo, paz, ayúdaos unos a otros. Libéralos de todo lo contrario a Tu Evangelio y concédeles vivir según Tu voluntad. Amén.
Quizás quieras leer: Iglesia Protestante Dominicana dice No al rechazo de personas por su orientación sexual Son 10 o 15 segundos. Preguntó si era razonable negar este tipo de bendición a dos personas que la pedían. La declaración precisa que cuando una pareja solicita una bendición en una situación ilícita, ésta nunca debe realizarse al mismo tiempo que ceremonias de unión civil o vestidos de novia, por ejemplo, para evitar errores.
Porque el Vaticano de Francisco, aunque permite esta bendición espontánea o informal a las parejas homosexuales, no acepta el matrimonio canónico. El Vaticano destacó además que la recepción de esta Declaración en las diócesis requiere un período más largo de reflexión pastoral. La declaración sigue a declaraciones y cartas pastorales de conferencias episcopales y diócesis en las que se pidió a los sacerdotes que no bendijeran las uniones entre personas del mismo sexo o ilícitas.
En uno de los más recientes, el del obispo de Moyobamba (Perú), Rafael Escudero, llamó a los sacerdotes de su diócesis, ante la falta de claridad del documento, a seguir la práctica ininterrumpida de la Iglesia hasta el día de hoy, es una bendición para cualquiera que la pida, no para parejas del mismo sexo o no. Por otro lado, la Santa Sede también ha aclarado el procedimiento a seguir en países donde declarar la propia homosexualidad puede ser castigado legalmente con prisión y, en algunos casos, prisión, tortura o pena de muerte. En estos casos, subrayó la Congregación, se entendió que la bendición era imprudente y que estaba claro que los obispos no querían someter a la violencia a los homosexuales.