Las relaciones románticas son complejas y requieren equilibrio emocional para florecer. Cuando uno o ambos miembros de la pareja enfrentan una crisis emocional, la relación puede verse afectada significativamente. Estamos inmersos en febrero, una época tradicionalmente asociada al amor y la amistad en República Dominicana.
Los escaparates recuerdan al día de San Valentín, decorados con corazones, peluches y colores rosa y rojo. Este mes también pone de relieve la vulnerabilidad de las relaciones, ya sean de amistad o de pareja, a las amenazas contemporáneas, como la infidelidad, la falta de compromiso y las dificultades de comunicación, que se vuelven cada vez más graves debido al impacto de las redes sociales. Sin embargo, existen amenazas silenciosas y más sofisticadas que también nos afectan negativamente.
Un trastorno emocional es una condición que afecta el estado de ánimo, el pensamiento y el comportamiento de una persona. Pueden causar una variedad de síntomas, que incluyen ansiedad, depresión, ira, irritabilidad, cambios en el apetito o el sueño y dificultad para concentrarse. Su prevalencia en la sociedad es muy elevada, con un 4,7% en casos de depresión y un 5,7% en problemas de ansiedad.
Tienen una influencia significativa en muchas áreas diferentes, incluido el trabajo, la sociedad y especialmente las relaciones. Las relaciones románticas son complejas y requieren equilibrio emocional para prosperar. Cuando uno o ambos miembros de la pareja enfrentan una crisis emocional, la relación puede verse afectada significativamente.
Las investigaciones han demostrado que los trastornos emocionales tienen un impacto negativo en las relaciones. Por ejemplo, los estudios publicados en revistas revisadas por pares como el Journal of Consulting and Clinical Psychology y el Journal of Family Psychology indican que las personas con trastornos de ansiedad o depresivos tienen más probabilidades de encontrar conflictos y divorcios. Estas enfermedades emocionales afectan las relaciones de diversas maneras, que incluyen: Aumento del conflicto: la irritabilidad, la impulsividad o la ansiedad pueden provocar discusiones frecuentes.
Las personas con trastornos de ansiedad pueden preocuparse por pequeños detalles, provocando tensión con su pareja. Asimismo, una persona con un trastorno de ira puede tener arrebatos verbales o físicos, dañando la relación. Problemas de comunicación: los trastornos emocionales pueden dificultar la expresión de las emociones, generando malentendidos y resentimientos.
Por ejemplo, una persona con un trastorno depresivo puede tener dificultades para comunicar sus sentimientos, creando barreras en la comunicación con su pareja. Distancia emocional: la pérdida de intimidad y conexión puede ocurrir debido a problemas con la comodidad o la confianza en la pareja. Por ejemplo, la ansiedad social puede dificultar la formación de conexiones emocionales fuertes.
Problemas sexuales: la pérdida del deseo sexual, la dificultad para excitarse o la dificultad para relajarse pueden afectar la actividad sexual. Los trastornos emocionales como la depresión y la ansiedad pueden afectar directamente la satisfacción sexual de una pareja. Un terapeuta puede brindar comprensión y estrategias para manejar estas enfermedades de manera efectiva.
Además, medidas como: * Comunicación abierta y honesta: reduzca la confusión y los malentendidos compartiendo abiertamente sus sentimientos y necesidades con su pareja. * Establezca límites saludables: proteja su salud mental y emocional estableciendo límites que protejan su estabilidad emocional. * Busque apoyo: recurra a amigos, familiares o un terapeuta en busca de apoyo durante los momentos difíciles.
* Conocer el trastorno: una mejor comprensión del trastorno facilitará su comprensión y manejo tanto por parte de la persona implicada como de la pareja. * Sea honesto con su pareja: hable abiertamente sobre el trastorno y cómo puede afectar la relación. * Habla sobre las necesidades: Habla sobre las necesidades emocionales y cómo tu pareja puede apoyarlas.
Con esfuerzo y dedicación, las personas que padecen trastornos emocionales pueden construir y mantener relaciones sanas y satisfactorias. La clave está en la comprensión, la comunicación abierta y el apoyo mutuo en el camino hacia la salud mental.