Hola hermanos dominicanos, Luego de las elecciones municipales de ayer, podemos confirmar que el pueblo dominicano ha enviado un mensaje claro a toda la clase política y ha dado su respuesta a este gobierno. La verdad es que vivimos en un período crítico y doloroso de nuestra historia democrática. Sin embargo, me sentí obligado a decir el asunto tal como estaba, mirando a todos directamente a los ojos.
Los ciudadanos, el pueblo de Dominica, han hablado. Dio su respuesta no sólo mediante la votación, sino sobre todo mediante una abstención muy amplia. La gran mayoría de los dominicanos no votó.
Y es necesario reconocer su alcance e importancia. Esta es la tasa de abstención más alta de los últimos 50 años. Esta abstención representa un rechazo significativo por parte de la población a todo lo que hemos visto en este proceso electoral.
Y, sin embargo, también es una respuesta a los tiempos que vivimos en nuestro país. Sé que estás frustrado con la política dominicana. Sé que el salario no alcanza para llegar hasta fin de mes.
Sé que la inseguridad asusta a los padres. Sé que los jóvenes no tienen esperanzas para el futuro y, sobre todo, sé que el hambre ha vuelto. Un gobierno que se declara a la vanguardia de la aprobación no debería sufrir semejante vergüenza.
Los recursos públicos no deben utilizarse de manera tan abusiva y violenta para intimidar a un gran segmento de nuestro pueblo, para sobornar la voluntad común de aquellos a quienes este mismo gobierno ha condenado a la pobreza. Los defensores de la democracia, Duarte, Sánchez y Mella, construyeron un sueño llamado República Dominicana, donde la democracia no es una palabra vacía escuchada por gente hambrienta. La democracia es la práctica del voto y la realización de la felicidad, el trabajo, la salud, la educación y, sobre todo, la esperanza.
Antes de concluir este diálogo, quisiera felicitar a todos los candidatos de nuestro partido y de la coalición, que han afrontado una batalla desigual en términos de recursos y estructuras. Mostramos nuestra dignidad. Creo firmemente que con gente que sepa escuchar al pueblo, hablarle al corazón del pueblo, a sus sueños, a sus miedos, lograremos grandes resultados en las elecciones de mayo.
Depende de cada uno de nosotros. Y estaré a vuestro lado, en cada calle, en cada ciudad, en cada esquina, para acompañaros en este camino. Por eso les pido humildemente que hagan de estas elecciones un retorno a nuestros sueños más preciados de paz, igualdad y democracia.
Creo que juntos superaremos este triste capítulo de la historia y reconstruiremos nuestro país por el camino de la esperanza y las oportunidades para los dominicanos. Creo en la fuerza de nuestro pueblo y reafirmo nuestro compromiso inquebrantable con el futuro de nuestra querida República Dominicana.