Un grupo de expertos de 11 asociaciones y organizaciones científicas europeas han colaborado con Alzheimer Europe para desarrollar unas directrices diagnósticas para pacientes con enfermedad de Alzheimer que pretenden centrarse en cada caso individual para que cada caso pueda identificarse con pruebas adecuadas en función del perfil de síntomas. Esta herramienta de diagnóstico se desarrolló sobre la base de la literatura científica y la experiencia práctica de los expertos. Después de revisar los síntomas del paciente, cabe señalar que se deben realizar pruebas de memoria y una resonancia magnética cerebral.
Gracias a estas pruebas, el especialista puede aprovechar las recomendaciones de las guías para clasificar los casos en uno de los 11 fenotipos definidos y luego buscar biomarcadores mediante estas pruebas. Las pruebas recomendadas por expertos internacionales incluyen punción lumbar, PET de amiloide, PET de glucosa, SPECT de iflupano, SPECT de MIBG y PET de tau. Además de un enfoque centrado en biomarcadores, el objetivo es superar las limitaciones actuales de las recomendaciones y directrices relacionadas con el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer.
Se centran principalmente en la enfermedad en sí o en los biomarcadores, más que en la persona afectada. Aunque fueron desarrollados para ayudar a los médicos a utilizar pruebas de diagnóstico precisas, presentan lagunas cuando se aplican a la práctica clínica. De hecho, la mayoría de estas recomendaciones no tienen en cuenta las múltiples opciones diagnósticas disponibles ni la existencia de múltiples pruebas que pueden realizarse de forma simultánea o secuencial.
Además, quienes lo tienen en cuenta suelen reflejar únicamente las opiniones de grupos de expertos no representativos. Como resultado, en la práctica clínica, la selección de biomarcadores suele estar más influenciada por consideraciones organizativas y logísticas que por factores clínicos. La vía de diagnóstico que hemos desarrollado ayudará a los médicos a identificar los biomarcadores más informativos en los escenarios clínicos más comunes.
Promoverá la coherencia en el diagnóstico de trastornos neurocognitivos en los países europeos, reducirá los costos de análisis e identificará candidatos a tratamiento con mayor precisión, dijo el profesor Giovanni Frisoni, director del Centro de la Memoria HUG y profesor de neurociencia clínica en la Universidad de Ginebra, Suiza). y es el primer autor del estudio. Para llegar a este consenso, 22 expertos utilizaron un método Delphi participativo para comparar las diferencias en la efectividad de una prueba sobre otra en una variedad de situaciones.
Este enfoque implica medir las opiniones de los expertos sobre las características estudiadas con el fin de retener sólo aquellas opiniones que logran un consenso superior al 70% y, por lo tanto, se consideran de alta probabilidad de ocurrencia. Según ellos, este intercambio de conocimientos ha ayudado a establecer un estándar de referencia útil para todos los médicos de Europa. Ahora dependerá de los servicios nacionales, los proveedores de atención sanitaria, los médicos y las aseguradoras implementarlo en cada país.
En cuanto a la investigación, el siguiente paso incluirá la integración de biomarcadores sanguíneos en el proceso de descubrimiento. Actualmente están disponibles únicamente con fines de investigación y están siendo aprobados para uso clínico. En el futuro, evitarán hasta el 70% de las pruebas invasivas como las punciones lumbares y las tomografías por emisión de positrones, lo que ayudará a reducir costes y ampliar los diagnósticos en la población general.