Nuestros carnavales expresan la necesidad de preservar la esencia del pueblo dominicano, incluyendo costumbres y tradiciones, por ello su preservación es de importancia fundamental para la tarea y misión constantes es lograr que el pueblo no pierda la memoria. . historia y que está siempre dispuesto a negar todo lo que le aleje de su identidad.
Cuando llegó febrero, estas fiestas volvieron inmediatamente a la memoria y al imaginario de la gran mayoría, y ese día, los grupos y asociaciones más representativos de cada provincia dieron a conocer su calendario de actividades. La Fiesta Dominicana en sí es un reencuentro con muchos de nuestros valores indígenas, valores de origen distorsionado, incluso con algunas manifestaciones foráneas que la excesiva comercialización ha invadido las celebraciones. Cada año, las últimas semanas de las fiestas dominicanas coinciden con el inicio de la Cuaresma, lo que molesta a la Iglesia católica, que las califica de celebración pagana, aunque no se puede negar que llevan siglos arraigadas en la cultura y el imaginario popular.
. Este será especialmente el caso este año porque el domingo 18 de febrero se llevarán a cabo elecciones municipales, lo que obligará a suspender las fiestas provinciales y obligará a realizar celebraciones durante al menos dos primeros domingos de marzo, incluido el desfile nacional. La jerarquía eclesiástica debería ser más tolerante porque, en nuestra humilde opinión, las Fiestas y Cuaresma, siempre que se respete su espacio, contienen gran parte de la cultura, creencias y tradiciones nuestras y representan una parte importante del estilo popular.
Sería aún más preocupante si nuestra identidad, tan claramente expresada en las fiestas provinciales, se perdiera ante el ritmo frenético de la globalización y la tendencia cada vez mayor a sustituir lo que nos pertenece por algo extraño. Con base en la experiencia, la recomendación sería que las autoridades de seguridad y municipales incrementen los controles, no sólo sobre la venta de bebidas alcohólicas o la aglomeración de multitudes en bulevares y pueblos, sino también sobre la exclusión de abandonar conductas vergonzosas que provocan conflictos y peleas violentas. .
con el público. Nuestro carnaval es un carnaval popular que forma parte del itinerario de viaje de nuestros visitantes, en el que nos enorgullecemos de la impronta típica dominicana que nuestro pueblo ha sabido dar durante muchos años.