Nueva York.- Un grupo bipartidista de senadores ha mantenido semanas de negociaciones a puerta cerrada para organizar un paquete fronterizo y de inmigración en respuesta a la creciente necesidad de resolver la crisis migratoria. El presidente se unió a ellos a pesar del rechazo de la izquierda. La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, es otra cuestión, ya que los conservadores de extrema derecha exigen restricciones más estrictas.
Esa era la situación en 2014, cuando una importante iniciativa del Congreso para aprobar cambios radicales en las leyes de inmigración parecía estar dando frutos, pero luego colapsó. Un escenario similar podría ocurrir hoy, mientras los legisladores trabajan para llegar a un acuerdo sobre nuevas medidas de seguridad fronteriza. Después de meses de negociaciones privadas, un acuerdo bipartidista está a punto de ser aprobado en el Senado dominado por los demócratas, pero aún no está claro si cuenta con suficiente apoyo republicano para seguir adelante.
Los republicanos de la Cámara de Representantes, alentados por el expresidente Donald J. Trump, amenazan con bloquearlo. Quienes han participado en negociaciones pasadas dicen que ha sido frustrante estar a punto de promulgar legislación importante varias veces para luego desviarse del tema, no una sino dos veces en las últimas dos décadas.
Si la propuesta se convierte en ley, dicen, la frontera estaría segura ahora y la nación podría avanzar sin una lucha constante por la inmigración. Los espectaculares fracasos legislativos actuales y los frágiles compromisos demuestran la enorme dificultad para llegar a un acuerdo sobre una cuestión tan volátil. El pasado también explica en parte la actual falta de confianza y cautela mientras los legisladores abordan un tema que ha molestado a los presidentes de ambos partidos y que lleva décadas sin resolverse.
