MADRID, 28 de febrero. (PRENSA UE)- El equipo de investigación COMKIDS, de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), ha puesto en marcha una campaña de sensibilización para informar sobre el lenguaje y los códigos hasta ahora desconocidos que utilizan los jóvenes que se autolesionan en las redes sociales para comunicarse sin ser detectados. La campaña incluye un conjunto de información en forma de caja de yeso para que jóvenes, profesionales y organizaciones puedan conocer y explorar las expresiones y símbolos que utilizan para ocultar sus actividades en la comunidad digital.
Hace más de dos años, alertados del aumento de los casos de autolesiones, especialmente entre adolescentes, un equipo de investigadores universitarios liderado por Esther Martínez Pastor, catedrática de Publicidad de la URJC, tomó la iniciativa y empezó a monitorizar diversos medios y redes sociales para comprender cómo se llevó a cabo la autolesión. Este fenómeno se demuestra en estas plataformas. A través de los resultados y análisis de datos, se descubrió que los jóvenes crean identidades grupales en línea a través de su propio lenguaje, con imágenes que se identifican entre sí y con hashtags y palabras específicas para buscar en Internet.
A partir de esta conclusión, el investigador cree que la autolesión en las redes sociales tiene sus propias reglas y es necesario entenderlas para saber reconocerlas y prevenirlas. Es por esto que se lanzó esta campaña de difusión y sensibilización, para luego activar mecanismos de acción en el entorno de los adolescentes que integran esta red. Para ello, el lote de productos promocionales de indumentaria se promocionará en los perfiles de influencers de las redes sociales, entre los que destaca Patricia Agüero, conocida como “@patriciasinprisas”, quien explicará a sus seguidores, principalmente jóvenes, los objetivos y causas que persiguen.
defender esta iniciativa. EL LENGUAJE METAL DE LA AUTOBIOGRAFÍA La campaña seleccionó las palabras más representativas de los hashtags e imágenes utilizadas por la comunidad digital en el ámbito de las autolesiones. Se trata de manifestaciones codificadas destinadas a desviar la atención de los mecanismos que obstaculizan e impiden la propagación de conductas autodestructivas a través de las redes sociales.
Por ejemplo, ‘Código de barras’ es una imagen que representa la palabra clave ‘código de barras’ como metáfora de los cortes provocados por autolesiones. En cambio, la imagen de un guisante representa el aspecto de la capa subcutánea, la capa menos superficial de la piel, tras sufrir una herida profunda. Por otro lado, la hoja del gatito representa una idealización de la autolesión, ya que el cuchillo y la hoja están disfrazados de una belleza infantil y coqueta.
Por otro lado, en inglés “Ouch”, “Ouchie” y “Ouchietwt” (Ouchie y Twitter) son expresiones coloquiales para expresar dolor; “Trasto”, por otro lado, es una palabra utilizada en español por la comunidad de autolesiones. Es una abreviatura de desordenado o desordenado y puede usarse en combinación con otras palabras, como ‘amigos desordenados’. SE HAN ANALIZADO PUBLICACIONES EN TODO EL MUNDO El estudio se centró principalmente en la red social X (antes Twitter) y se recogieron y analizaron los “tweets” publicados en todo el mundo.
Durante seis meses, de noviembre de 2022 a junio de 2023, una aplicación diseñada por el equipo de investigación guardó tweets que mencionaban los hashtags más utilizados en Internet relacionados con las autolesiones. Se obtuvo una muestra de 187.906 tuits de 66.732 usuarios diferentes, con un total de 1.798.711 me gusta y 196.112 retuits. A partir de esta muestra, el equipo de investigación analizó manualmente mil tweets.
Los datos recopilados y analizados para este estudio revelaron la existencia de una comunidad global y activa de usuarios donde predominantemente comparten contenido relacionado con experiencias personales de autolesión. La síntesis de estas experiencias individuales, contadas a través de imágenes y palabras clave populares, transforma la autolesión en una actividad colectiva en las redes sociales típica de una comunidad digital. Estos datos son consistentes con hallazgos de estudios anteriores, que indican que los jóvenes que se autolesionan encuentran apoyo emocional en las redes sociales.
Al compartir sus experiencias, los jóvenes se sienten más apoyados por parte de la familia, los amigos o el entorno educativo. Sin embargo, estos contenidos pueden resultar muy nocivos porque carecen de filtros eficaces que protejan la sensibilidad de los usuarios de la plataforma y provocan que se alimenten unos de otros, generando conductas adictivas, expresó la URJC.
