Para el propósito de los sueños, imagina que alguien está esperando a la persona cuyo corazón siempre está suplicando el amor más hermoso. Y en el alma caliente, el amor cantó su primera melodía acompañado de la fe. Entonces surge la pregunta: ¿de dónde vienes y hacia dónde vas?
¿Qué piensas y qué quieres? Por eso, cuando llega el momento del amor, no hay nada que detenga su presencia, convirtiendo la esperanza en seguridad. El verdadero amor se reconoce por su marca inconfundible ya que afirma su maestría, cambia vidas y construye sueños.
En Mirtha y Julio, los sueños que se hacen realidad ya no son un episodio sino todo su destino después de pasar cincuenta años unidos en un mismo sentimiento. De hecho, los sueños cumplidos nos permiten crecer en armonía, elegir palabras para cada momento, llamar el espíritu al alma, abrir puertas, pero sobre todo esperar que el corazón despierte para siempre en el alma. la espera de un Dios que es amor.
Destinos que se encuentran, se entrelazan y se reconocen se convierten en sueños que se hacen realidad, en una fuente de luz que nunca deja de brillar.